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Fotografías:Nigel Young / Foster + Partners
La nueva Opera de Dallas redefine la esencia de una casa de ópera en el siglo XXI, quebrando antiguas barreras para hacer la ópera accesible a una audiencia más amplia. En respuesta al clima de Dallas, una generosa cubierta se extiende desde el edificio, dejando bajo ella un lobby completamente vidriado de 18 metros de alto. Este establece una directa relación entre interior y exterior, a través de la transparencia. Bajo la cubierta, que es parte integral de la estrategia ambiental, una plaza cubierta se vuelve un nuevo espacio público para Dallas, definida por el masterplan para el Distrito de las Artes. Este masterplan fue diseñado por Foster + Partners y OMA con Michel Desvigne.
La Ópera, con su cubierta sobre la grilla ortogonal sobre Flora Street, es el punto central de este distrito, el cual también incluye el Teatro Dee y Charles Wyly (REX+OMA), la Escuela Brooker T Washington, el Centro Sinfónico H Meyerson y a futuro, el City Performance Hall. Alrededor de la Ópera misma, desalineada con respecto a la grilla, se encuentra la Plaza de los Artistas Annette Strauss, con un espacio para espectáculos al aire libre con capacidad para 5.000 personas, un espacio para espectáculos de tamaño menor, un café y la entrada principal con acceso a los estacionamientos. Junto al Sammons Park, esta plaza pública y estos espacios forman parte integral del proyecto, conectado a la ciudad en una escala urbana.
En cuanto a organización, la Ópera crea una serie de espacios transparentes abiertos al público, los que envuelven un cilindro de vidrio rojo, que contiene un auditorio con capacidad para 2.200 personas. El edificio, además de ser parte integral del circuito cultural de Dallas, es un destino para la gente que no tiene relación con la ópera, con un restaurante y un café abiertos al público durante el día. Bajo una cubierta más bajas, la transición desde la Gran Plaza a través del foyer hacia el auditorio, está diseñada para elevar la sensación de asistir a un espectáculo - en efecto, "llevar el teatro a la audiencia". La gran escalera, que fluye de lado a lado del cilindro, une todos los espacios del lobby y le entrega a la audiencia una instancia para detenerse, reunirse y observar. Pasarelas en el cilindro permiten que la audiencia se mueva de manera horizontal en cada uno de los niveles de los balcones.
El auditorio mismo crea un ambiente de intimidad para los artistas. Trabajando con Theatre Projects, se desarrolló una estrategia de "herraduras" que combinada con el apilamiento vertical de los balcones, permite que la audiencia esté lo más cerca posible del escenario. Esta intimidad es reforzada por el énfasis en los frente de los balcones, con su terminación color oro blanco contrastada con los interiores de un rojo oscuro. La acústica, desarrollada por Bob Essert de Sound Space Design, se potencia por lo compacto del auditorio. Los detalles y las terminaciones mejoran la resonancia del sonido de la voz humana, haciendo que el sonido de la orquesta sea más rico y claro a la vez. Para aumentar el dramatismo, un chandelier hecho a partir de 320 varillas de acrílico se vuelve un cono de luz invertido, que asciende al cielo del auditorio al inicio del espectáculo. Para completar el auditorio, el destacado artista Argentino Guillermo Quintero ha diseñado la cortina del escenario.
Puntuada por árboles locales, las áreas públicas protegidas por la cubierta se benefician de un microclima fresco a la sombra. Paneles de vidrio verticales en la altura total de la fachada este, permitiendo que el edificio con su restaurante y café se abran completamente al exterior, potenciando la cualidad de tránsito de este espacio. La Gran Plaza responde a la grilla de la cubierta con un patrón marcado en el cemento, haciendo referencia a la grilla urbana del gran Dallas. La Plaza contiene cuadrados de pasto y flores silvestres, con la Fuente de los Donantes como foco. Esta fuente de granito negro está puesta en el pavimento, con una pequeña capa de agua que realza el nombre de quienes financiaron el proyecto, inscritos en la piedra a través de letras de acero.
