El siguiente es un artículo que fue escrito por el arquitecto Sekou Cooke, hace hace algunos días para ArchDaily. En él, Cooke manifiesta la importancia de los líderes populares y su responsabilidad de convertirse en cajas de resonancia de nuestras propias inquietudes. Si bien su crítica comienza desde el lugar del arquitecto negro inserto en la sociedad norteamericana, entrega ideas lúcidas respecto a cómo enfrentar nuestra profesión y cómo debiésemos influir en la conciencia pública, al igual como lo hacen los músicos, políticos y atletas.
"Es mucho más común para nosotros ser usurpados por las industrias, como la dirección de obra y la consultoría BIM, que recibir royalties por diseños best-seller. El arquitecto se ha convertido en algo secundario; devaluado, un artículo de lujo, accesible sólo para los pocos privilegiados."
Puedo estar en la minoría entre mis compañeros, pero quiero que Kanye West siga hablando. A pesar de que muchos lo desprecian, denigran o desplazan, yo quiero que siga hablando.
Como hombre de raza negra y arquitecto (uno de los aproximadamente 2.000, que puede reclamar la pertenencia efectiva a estos dos grupos), yo estoy particularmente consciente de la barrera del tipo “The Truman Show” que existe entre los arquitectos y el reconocimiento, y también entre arquitectos de raza negra y la aceptación. La reciente entrevista a West con Zane Lowe dispone reflexiones sobre el diseño, la arquitectura y el proceso creativo en una dosis demasiado alta para ser digerido por la mayoría. Estoy tropezando conmigo mismo con miedo y emoción ante la perspectiva de tener un poderoso vocero para una generación de arquitectos y diseñadores de raza negra que comparten su frustración y se conectan con su mensaje.
¿Por qué? Porque cuando Kanye West habla, la gente escucha.
La arquitectura es tanto una profesión, con una ilustre historia, como también una disciplina con una distinguida tradición. Nuestro mayor desafío siempre ha sido, como Philip Johnson explicó en su entrevista con Barbaralee Diamonstein-Spielvogel, que estamos tan desesperados de tener nuestras hermosas creaciones construidas, que estamos dispuestos a hacerlo por casi nada.
Esto contradice completamente el deseo expresado por el Sr. West de ver a las “personas hacer cosas, como la droga y, por defecto, ganar dinero.” Para los arquitectos, sin embargo, a diferencia de los raperos, no es fácil vender. Es mucho más común para nosotros ser usurpados por las industrias, como la dirección de obra y la consultoría BIM, que recibir royalties por diseños best-seller. El arquitecto se ha convertido en algo secundario; devaluado, un artículo de lujo, accesible solo para los pocos privilegiados.
Los de raza negra en los Estados Unidos hemos dado pasos hacia adelante en un corto intervalo de tiempo, desde el movimiento de los derechos civiles; haciendo grietas en la superficie de los techos políticos, marcando el paso de la cultura popular, y dejando abolladuras permanentes en el cuerpo de las principales profesiones. La Arquitectura sigue siendo parte de un club de Old Boys.
La reciente apelación al comité del Premio Pritzker a favor de Denise Scott Brown da conocimiento de la actitud hacia la mujer en la profesión. La comunidad afroamericana a través de grupos como el NOMA (Organización Nacional de Arquitectos minoritarios), ha buscado por mucho tiempo la aceptación de las mismas – premios, cargos docentes, empleo y matriculación de estudiantes. Mientras que las mujeres han logrado avances en estos aspectos, los afroamericanos siguen siendo dejados atrás, tratando de juntar un número suficientemente grande para ser relevantes.
De varias formas, en varios momentos y en varios foros, nos hemos planteado las preguntas de por qué ocurre esto y cómo habría que cambiarlo. La opinión de consenso apunta más allá de la discriminación, poniendo el foco en la educación temprana. Si no existen modelos a seguir en la arquitectura (en la esfera pública o en la vida cotidiana), o estímulos de padres para aprovechar el potencial creativo, los niños son más propensos a estudiar medicina o derecho, deporte e incluso el ocio. La arquitectura no te hace rico ni cool.
Entra Kanye. Ahora llega el turno de hablar con nosotros mismos para poder hablar con el mundo. Ahora los arquitectos afroamericanos tienen la oportunidad de luchar por influir en la conciencia pública de la forma en que los artistas de raza negra, músicos, políticos y atletas lo han hecho. Ahora la arquitectura de la generación del hip-hop puede ocupar su legítimo lugar junto a la música hip-hop, la danza, el arte y el diseño. Todo esto se hace posible a través de la incorporación del discurso de los pasillos universitarios y las conferencias, en el ámbito de redes sociales como Twitter, blogs, YouTube y otras plataformas.
Algunos sugieren que el compromiso directo con la profesión presenta la mejor oportunidad para aliviar la angustia- que los arquitectos serán mucho más abiertos a la colaboración que diseñadores de moda. Según cuenta el Sr. West, él mismo ha estado haciendo esto. El trabajo que ha realizado a través de DONDA y en colaboración con 2x4 y OMA es más de lo que algunos profesores de taller tienen en sus portafolios. Además ha estado contactando a estudiantes de postgrado en arquitectura de la Universidad de Columbia. Sin embargo, nada de esto tuvo la menor atención hasta que comenzó a hablar sobre la arquitectura con medios como The New York Times y BBC Radio One.
Otras acciones, como contratar exclusivamente a arquitectos afroamericanos para diseñar sus oficinas y residencias, y fomentar a sus amigos de la industria del entretenimiento y del deporte a hacer lo mismo tendría un impacto fenomenal. (Imagínense MTV Cribs mostrando la obra de arquitectos afroamericanos talentosos en vez de los desarrolladores McMansions). Sin embargo, con esto simplemente obtenemos ganancias a corto plazo y mejorar el proceso competitivo necesario para un buen diseño.
Lo que más me entusiasma de todo esto, es la visión de una nueva generación completa de niños inspirados personalmente para explorar todos los aspectos de su creatividad; que han descubierto las posibilidades ilimitadas de la disciplina arquitectónica, ya que escucharon a Kanye West hablar con pasión y convicción.
Pero ellos no son los únicos que lo escuchan. Todos lo escuchamos. Pero muchos no podemos entender la profundidad y complejidad de su significado. Muchos tendrán más facilidad de reír con un skit de Jimmy Kimmel que catalizar el cambio. Quedamos pocos- un subconjunto de marginados de una profesión marginada- que estamos escuchando y estamos con ganas de más.
Sekou Cooke es un arquitecto nacido en Jamaica, con licencia en Nueva York y California, ex profesor asistente de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Syracuse. Actualmente cursa un título profesional de arquitectura en la Escuela de Postgrado de la facultad de Diseño de Harvard.
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