Este es un proyecto de características especulativas, es decir, el terreno fue comprado para agregar valor a través del diseño de un edificio el cual posteriormente será vendido. El sitio se encuentra en una cuña de leve pendiente rodeada por 2 calles de flujo automovilístico. La ubicación hizo que el cliente exigiera un edificio que se situara como un elemento reconocible dentro del paisaje.
Debido a que no existía información determinante respecto de los inquilinos, el diseño respondió a elementos contextuales, respondiendo a criterios como las diferencias de alturas, iluminación de los espacios interiores, las circulaciones, etc. El diseño de las fachadas respondió a una relación espejada de los balcones y ventanas de los edificios circundantes, a través de un patrón alternado en cada una de las tres que enfrentan a la calle.
Para las ventanas, se utilizó el tamaño estándar de mayor tamaño como patrón, variando las proporciones de acuerdo a las condiciones del entorno. Como resultado, la fachada exterior tiene una expresión que expresa variedad y movimiento.