-
Arquitectos: Matteo Thun & Partners
- Área: 1000 m²
- Año: 2009
-
Fotografías:Jens Weber
Cuando la madera se quema ciertos ciclos naturales se completan: la energía química se convierte en luz y calor, el agua se convierte en vapor y luego lluvia, las sales minerales se transforman en cenizas y vuelven a caer al suelo y el dióxido de carbono se desprende en el aire.
Pero cuando la madera se quema correctamente, todo esto se convierte en energía utilizable, generando menos impacto ambiental que cualquier otro combustible fósil (petróleo o gas). Puede parecer extraño, pero la quema de madera y la protección de la naturaleza son perfectamente compatibles.
Esta es la filosofía subyacente en la Central Eléctrica de Schilling, que, junto con un aserradero cercano, convierte el ciclo de la leña en algo realmente virtuoso: los residuos en forma de corteza y astillas de madera se convierten en biomasa combustible al servicio de la central. A su vez, la central genera energía en forma de calor para cubrir las necesidades energéticas del aserradero. Así se completa el círculo.
Pero eso no es todo, ya que la energía adicional generada se suministra a un hospital cercano, y la electricidad producida potencialmente podría abastecer hasta 1.450 viviendas unifamiliares en el barrio que la rodea. La central eléctrica demuestra cómo la naturaleza y la tecnología se pueden combinar con éxito, asegurando que la biomasa, como fuente de energía alternativa y renovable, podría proporcionar al menos el 20% del suministro global de energía necesaria para el año 2020).
En términos arquitectónicos, esto se traduce en una forma estética ecológica, en base a la transparencia, la luminosidad y la claridad estilística. Un vaso con forma de cubo y base de acero constituye la celebración de un corazón tecnológico visible que no esconde ningún secreto. Un revestimiento cilíndrico tejido con tablones de madera de alerce gira alrededor del núcleo con una especie de textura artesanal, proporcionando un filtro natural suspendido. Finalmente, una cúpula semiesférica, construida de zinc, que actúa como un bóveda celeste en el techo, una lámina de agua, en la que todo descansa, es una interpretación desmaterializada de lo construido: tierra, aire, agua y fuego establecido en las formas puras de un cubo, un cilindro y una esfera. Una forma geométrica que suministra energía limpia a su alrededor.
Finalmente, una cúpula semiesférica, construida de zinc, que actúa
como un bóveda celeste en el techo, una lámina de agua, en la que todo
descansa, es una interpretación desmaterializada de lo construido:
tierra, aire, agua y fuego establecido en las formas puras de un cubo,
un cilindro y una esfera. Una forma geométrica que suministra energía
limpia a su alrededor.