Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicado en el eje de la capital madrileña, el edificio Castellana 36-38, uno de los edificios buque del patrimonio de Mutua Madrileña, principal asegurador español, es actualmente objeto de un cambio en profundidad de sus espacios interiores y de su fachada. Fiel a su trabajo de investigación contextual y medio ambiental, IAD propone una revitalización de la estética arquitectónica de esta edificación, el objetivo de la Mutua Madrileña: hacerla reaparecer en el exclusivo y emblemático perfil de la Castellana. La geometría definida de este edificio, muy marcada en el tiempo ofrece un inmenso abanico de posibilidades. Un marco de trabajo arquitectónico imponente y a la vez muy discreto, muy funcional. Esta claridad geométrica, el contraste, la gestión del movimiento, la identidad y pluralidad son los vectores de desarrollo de un proyecto que quiere marcar diferencias.
En búsqueda de una perfecta homogeneidad y para dividir de nuevo la escala, hacerla aún más humana, volvemos a encontrar esta dualidad entre el negro brillante que se encuentra en las partes comunes ya reformadas del edificio, en contraste con el vidrio lacado blanco, superficie perfectamente y geométricamente diseñada para fragmentar el espacio. El juego de reflejos, de materiales, de sistema penetra el edificio, de manera más sofisticada pero con la misma fuerza, la mima poética, de un edificio hibrido, mutado… Un collage, un sello vegetal y lacado en un universo urbano.
El edificio es un referente, no por su arquitectura sino por su ubicación geográfica, una articulación a varias escalas. Es al principio un bloque, una piedra de ángulo entre dos ejes automovilísticos de la ciudad: el mayor, la Castellana eje de la capital española y su perpendicular, uno de los principales pasos elevados cruzando la avenida. Es luego un límite, generador de espacio entre dicho puente de Juan Bravo y su propia medianera donde se creó el muy urbano museo de Esculturas al aire libre, donde destacan las obras de Chillida, Sirena Varada y El Encuentro, escultura de 6 toneladas de peso que permanece suspendida en la estructura del puente. Es una evidencia, este edificio tiene una responsabilidad urbana…
Se plantea rápidamente el posible dialogo entre todos estos elementos de hormigón, Puente, esculturas, sistema urbano y el edificio: el parque necesita un árbol! Además de la respuesta vertical, la respuesta vegetal se impone, ofrecer un “urban vertical park”, un actor eco-sensible que transmita valores actuales y permita el dialogo, el reflejo de la línea verde de árboles de la Castellana. Es lo que propone este proyecto que se viste de verde dentro de un elegante marco de fibra de vidrio negro.
La elección de esta fachada ECO-TECH tiene que ver con todos los elementos existente del edificio, que actualmente propone paños ciegos verticales en la fachada principal del edificio. No nos podíamos convencer de simplemente volver a revestir las como si se tratara de un vulgar maquillaje. Nos parecía imprescindible seguir aprovechando de esta superficie de manera activa. Se propuso este abanico que tiende a deformarse en la zona de sol más larga del día para proponer una superficie mayor de captación solar, encargada de producir la energía equivalente a la necesaria para abastecer los espacios comunes del edificio. Con el Objetivo de no perjudicar la entrada de luz en el edificio, se planteo la idea de trabajar con placas solares de vidrio. La imagen resultante de la repetición, de la reflexión de las placas hace del edificio un evento, una maquina amable, sostenible e útil.