Centro AMADIP / Juan Alba + Ester Morro

Curado por ArchDaily

Arquitectos: Ester Morro, Juan Alba; Juan Alba, Ester Morro
Área: 1135 m²
Año: 2009
Fotografías:José Hevia

Amadip.esment es una fundación dedicada a las personas con discapacidad intelectual. El centro de Palmanova surge con la idea de insertar a estas personas mediante su formación y ocupación profesional.

El proyecto estaba condicionado por las características del programa que integraba de modo genérico usos referidos a la formación, restauración (producción y consumo) y venta de productos. Todas estas facetas debían tener la posibilidad de relacionarse entre sí sin interferir unas con otras.

Otro requerimiento es consecuencia del lugar sobre el que se asienta, la autopista, un aparcamiento público en superficie y la ubicación del solar en un borde de una zona turística masificada. La respuesta, por tanto, exigía que el propio edificio generase su propio entorno amable, puesto que no podíamos contar con los alrededores.

Mediante el uso de un sistema de patios de diferentes características se solventan las necesidades del edificio, se engarza la diversidad de usos permitiendo, si es necesario, el funcionamiento autónomo de cualquiera de ellos. Al mismo tiempo la solución arquitectónica del patio permite una gran superficie acristalada y un control óptimo de la luz solar además de que se consigue matizar, separar, articular y adecuar el espacio a cada uso.

Entendemos el edificio desde un punto de vista global: se ha tratado con el mismo leguaje y materiales tanto los espacios abiertos al público como los espacios de cocina y aulas taller. Esto se debe al hecho de que estos lugares (aparentemente de servicio o en un segundo plano) van a tener una importancia y concurrencia del mismo peso que el restaurante y los espacios de circulación principales. Las personas con discapacidad intelectual al estar en la cocina, en la barra, en las aulas… (aprendiendo o trabajando) deberán sentirse libres, creando un clima de confort y luz para poder permanecer en armonía durante un espacio prolongado de tiempo.

Proponemos un lenguaje constructivo y volumétrico que es suficientemente expresivo en sí mismo a la vez que autónomo. Un edificio austero que sólo necesita materiales constructivos y mobiliario funcional que cumplan con los requerimientos que se les adjudiquen (acústica, iluminación, climatología, limpieza…).

Comprendemos el edificio mediante una fusión del interior con el exterior más próximo. Las visuales de sus usuarios se matizan mediante patios, pérgolas, vegetación, elementos de vidrio, porches y pavimentos que se deslizan de un ambiente a otro. Podría entenderse como un elemento autónomo que se ilumina y enriquece a si mismo desde su posible hermetismo, y que es capaz de abrirse completamente a su entorno ofreciendo una fusión entre sus límites y el espacio inmediato que lo rodea. Todo dependerá del momento del día.