Al exhibir lo que coleccionamos, mostramos tanto –o más– de nosotros mismos que de lo exhibido. Nuestras obsesiones, fetiches y preocupaciones se ven reflejadas en la pequeña colección de objetos, aparentemente inservibles, recolectados con tesón como cuando éramos niños. A partir de esta idea, el reconocido diseñador madrileño Valentín Garal ha creado Stilleven, un escritorio con vitrina que se apoya directamente al muro para recibir diversas funciones.
Stilleven, fabricado por la empresa mexicana Peca, lleva lo privado a lo público; su exhibidor de lana puede mostrar aquello que atesoramos bajo la protección de un vidrio, mientras un pequeño escritorio en madera de nogal permite tomar un respiro de lo doméstico para catalogar los contenidos de la mente; el espejo refleja a quien se acerque y es un recordatorio de lo que nos rodea.
Una pieza profunda con funciones prácticas.