-
Arquitectos: Nicolás Lipthay, Valle Cornejo Arquitectos; Valle & Cornejo Arquitectos, Nicolás Lipthay
- Área: 30000 m²
- Año: 2013
-
Proveedores: Serge Ferrari
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo al diseño arquitectónico para el Estadio Regional de Antofagasta se entiende como fundamento en el concepto de Normalización de una obra edificada. La normalización asume un elemento existente, en este caso el edificio Estadio regional y su área publica, y establece una operación sobre el mismo que permita mutar la situación anterior, aprovechando los potenciales existentes y mejorando los problemas de su arquitectura y estética.
En el caso del Estadio Regional de Antofagasta, la operación busca respetar la estructura existente como hito urbano reconocible y generar unidad arquitectónica a todas sus partes, unidad que en la actualidad no se percibe, dada las distintas intervenciones con que el recinto a contado.
Se entiende a partir de la necesidad de generar una nueva lectura del Estadio como un todo unitario, la operación arquitectónica de componer un gesto, simple, limpio, elegante, continuo en todo su perímetro, que abrace los elementos existentes, los vista, y de nueva presencia al Estadio regional hacia la ciudad. Un gesto como una cinta, un envolvente del edificio, que construye continuidad y es además soporte de nuevas estructuras, fortaleciendo la lectura de los accesos, la relación con la pendiente, respetando el valor estético y arquitectónico de las estructuras del volumen de tribunas y aportando al color y la imagen del entorno urbano.
Gesto complementado con las operaciones de diseño de las áreas publicas al edificio, donde se plantea un diseño serio de paisajismo y arquitectura, que organiza las circulaciones y destaca las áreas de multitud y reunión. Operación que se completa con el trabajo hacia el interior del recinto deportivo, las áreas de público y superficies de competencia, donde el gesto se entiende en el anillo de cubierta que construye la unidad del recinto como espectáculo deportivo, cubierta que es sombra y cobijo hacia el público del recinto, regalando un vacio hacia el cielo y hacia el paisaje de los cerros por sobre las tribunas.
La relación con el contexto inmediato se asumió el desafío de diseñar el encuentro de las áreas de Estadio con el frente de Avenida Angamos. Este encuentro actualmente carecía de espacio y generaba un enfrentamiento y atochamiento de circulaciones dada la dimensión de distancia entre el estadio y la vereda publica. El gesto de diseño entonces fue organizar los accesos desde dos plazas en los extremos del estadio, organizando la circulación hacia tribuna pacifico a través de una pasarela paralela a la Calle Angamos. Esta pasarela se transforma entonces en un gran balcón urbano del estadio hacia la ciudad, dejando a la vista las circulaciones como parte del espectáculo deportivo.
El trabajo de las plazas de acceso y las circulaciones exteriores del estadio, son aporte fundamental en la mejora de la lectura del mismo, siendo diseñadas con preocupación en generar áreas sombreadas y aportar al entorno urbano con una propuesta paisajística.
