- Año: 2012
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Fotografías:Ángel Luis Tendero
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Nos hemos acostumbrado a realizar espectaculares reportajes fotográficos retocados en photoshop para mostrar una perfección, que ni es cierta, ni es atractiva a mi juicio. Apostamos por una arquitectura más intuitiva y emocional, que intelectual y racional, donde prima la sinceridad constructiva y material. Intentamos generar emociones, derivadas de la configuración del espacio y la forma, del uso de los materiales, de sus texturas, de su relación con la naturaleza y con la luz. Y es lo que intentamos mostrar en esta vivienda, un juego de luces y sombras, de formas y texturas, que provocan emoción por su dinamismo y por el fuerte carácter que se imprime al espacio. Materiales oscuros, reflectantes, que a pesar de su aparente dureza, dialogan a la perfección con la naturaleza. Todo se mezcla, y las sombras casi parecen tubos, y los planos de chapa negra parecen sombras, y el acero galvanizado deja de ser un material para pasar a ser luz...
El espacio de esta vivienda se compone de grandes superficies y volúmenes, definidos por un material característico para cada función. El techo lo definen vigas de hormigón visto, de naturaleza áspera y rugosa, y en el espacio entre vigas, el negro del panel de acero completando el cerramiento. La gran pared de fondo está formada por grandes planchas de acero negro en su color natural, como fase de transición entre el hormigón del techo y negro brillante de la cocina, que se extiende abrazando todo el espacio. En los extremos se sitúan los espacios de dos alturas en los que se ubican las habitaciones, espacios forrados de madera de nogal americano, para introducir un contraste orgánico y dar calidez al conjunto.
El gran espacio exigía que nos adueñáramos de él de forma que no fuera intimidatorio. Para ello usamos, jugando con las vigas, otro tipo de órdenes lineales, como los redondos que definen la barandilla de la escalera e introdujimos formas diagonales que rompieran el efecto "tubo" o de perspectiva lineal del espacio. El dueño es un cocinero de alta categoría y la cocina siempre fue el punto neurálgico de todo el conjunto. Por eso, la isla aparece como un elemento protagonista, como un elemento duro, triangulado y enigmático, cubierto por un mantel geométrico, de madera, con pliegues triangulares. En el interior conviven elementos muy sofisticados, como la campana de acero inoxidable, o el acabado de la cocina en madera lacada en negro de alto brillo, con la chapa en su estado natural y las vigas de hormigón del techo
Rompiendo la fachada al patio aparecen en el interior volúmenes diagonales, que crean espacios con carácter propio dentro del espacio principal, como micro arquitecturas. Volúmenes acabados con chapas de acero negro en su color natural. La composición del espacio interior queda remarcada mediante líneas de luz, que recorren el espacio de forma dinámica y la enorme cubierta, con sus vigas de hormigón, parece flotar sobre el espacio, gracias a las aperturas de la fachada al patio y al uso de la iluminación lineal descrita.