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Arquitectos: Otxotorena; Otxotorena, Juan M. Otxotorena, Mariano González Presencio, Luis Tena Núñez
- Área: 4454 m²
- Año: 2009
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El edificio acoge unas instalaciones deportivas y de salud de iniciativa y titularidad municipal. Y el encargo del proyecto se produce una vez que el equipo de arquitectos que lo suscribe resultó adjudicatario del correspondiente Concurso Público. El solar da la calle San Agustín de Pamplona, y había sido vaciado con ocasión del derribo del antiguo frontón ‘Euskal Jai’, tras su adquisición por parte del Ayuntamiento para la construcción de esta dotación. Más allá de las determinaciones generales de alineaciones y vuelos de la parcela, el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Antiguo prescribía para ella la introducción de un pasaje o calle interior de desarrollo longitudinal, perpendicular a ambas calles, cuyo trazado y posición establecía. Obviamente, el diseño asume estas directrices. Trata a su vez de mostrarse sensible a las afecciones sobre edificaciones vecinas; y responde con retranqueos o la apertura de patios a las situaciones más comprometidas generadas en el perímetro de la implantación.
El diseño gira en torno al esfuerzo de obtener una iluminación natural suficiente para el conjunto de los espacios interiores del edificio, a partir de las dificultades y constricciones del emplazamiento. Y arranca de un principio de sectorización del volumen según lotes longitudinales perpendiculares a las calles. De ahí se deduce la idea que rige la sección del bloque principal del edificio como una sección compacta que agrupa y relaciona sus espacios de mayor protagonismo y tamaño. Ella redunda en la de un gran contenedor lineal que evoca el volumen del antiguo frontón, atraviesa la parcela de lado a lado, y acumula los espacios de mayor entidad del programa, y en especial las piscinas, a las que quiere proporcionar un grado especial de atractivo y confort. Ella permite dar a estos espacios alturas no necesariamente uniformes y, en su caso, mayores de las mínimas establecidas para una planta convencional. Además, facilita su intercomunicación funcional, espacial y visual.
Se tiene, en fin, un edificio dividido en dos partes por una calle interior, atravesada en cotas superiores por pasos elevados que las comunican. Las dos partes del volumen quedan delimitadas por las alineaciones de esta calle interior, en sintonía con el elementarismo de las pautas de la generación de los volúmenes propio de la ciudad histórica; el cual facilita a su vez su lectura, comprensión y control.
Los volúmenes se apoyan en una base de hormigón armado que esconde la maquinaria, situada en planta baja, habida cuenta de la prohibición de la habilitación de espacios excavados por parte de las instancias encargadas de la preservación del patrimonio arqueológico. Sobre esta base, las fachadas de las dos partes de la edificación se abren de manera sistemática mediante huecos y tratamientos extensivos de un ambicioso grado de transparencia. que dependen de una solución estructural basada en una sucesión perimetral de perfiles tubulares metálicos que ocultan las carpinterías.
Por lo demás, el diseño está regido por el propósito de alcanzar la máxima claridad y eficacia en la organización de las circulaciones, dentro de las dificultades derivadas de la peculiaridad de la implantación: destaca acaso, a este respecto, la versatilidad y flexibilidad del funcionamiento del área de vestuarios del edificio, ubicada de la mejor manera posible en relación con los recorridos, al efecto de responder idóneamente a las exigencias de orden y comodidad de los usuarios que se dirigen a cada una de las dos áreas funcionales fundamentales del edificio, la hidrotermal y la de gimnasios.