Diseñado por los arquitectos Ben y Daniel Dratz de la oficina Dratz&Dratz Architekten, este "Edificio de papel" es un espacio de trabajo temporal de 190 m2 compuesto por 550 fardos de papel reciclado comprimido, procedente de los supermercados de la zona. Los hermanos ganaron un subsidio de la Zollverein School of Management and Design (ZSMD) para construir la estructura sobre el terreno de un antiguo complejo minero nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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A través de este prototipo, los arquitectos quisieron demostrar las posibilidades del papel reciclado como material de construcción.
#Inesperadamente, pasamos por una estación de reciclaje y vimos estos fardos de papel. Quedamos fascinados con su carácter de 'fragmentos de información comprimida', a modo de rastros de la sociedad. Más tarde descubrimos que estos puede ser complementados y apilados para formar muros monolíticos y reconocimos su potencial para proyectos de arquitectura", comentó Daniel Dratz.
Al trabajar en este proyecto en Essen, Alemania descubrieron que podían apilar los fardos logrando estructuras de hasta 100 metros de altura. Además, el papel comprimido fue sorprendentemente bueno para responder a la humedad durante el invierno.
Los fardos no tratados forman una "barrera laminar", que fue capaz de soportar varios días de lluvia y se secó rápidamente con unas horas de sol. Aunque el proyecto fue pensado para ser temporal, los hermanos tienen la esperanza de continuar con sus experimentos con papel comprimido para proyectos permanentes en el futuro.
Vía Inhabitat