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Arquitectos: VORA Arquitectura; VORA Arquitectura
- Área: 3 m²
- Año: 2011
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Fotografías:Adrià Goula
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El edificio contiene 30 viviendas VPO. Se implanta de forma lineal en el solar estrecho y largo, adaptándose a la pendiente del terreno y a la volumetría límite definida por la normativa urbanística.
El conjunto se fragmenta en una agregación de cuerpos independientes, ordenando la parcela en tres franjas. La franja central, retirada respecto a la alineación de calle, contiene las viviendas en dos bloques lineales de diferente dimensión y altura. La franja que limita con la calle contiene los cuerpos de servicios, accesos y escaleras. La tercera franja está libre de edificación, y contiene los jardines privados de las viviendas de planta baja. Bajo la parte construida, estacionamiento subterráneo y trasteros.
El bloque central de viviendas protagoniza el conjunto, con una volumetría contundente, prismática y regular, abstracta, que es abrazada por una verja que delimita la superficie del solar y contiene los cuerpos de servicio. Únicamente se levanta un cuerpo prismático con las escaleras de acceso, que contacta tangencialmente con las pasarelas de acceso a las viviendas.
Las viviendas están flanqueadas por dos galerías continuas anchas, abiertas y cubiertas. De un lado la pasarela de acceso a las viviendas y del otro una terraza corrida orientada al sur. Las viviendas son todas pasantes y permeables de fachada a fachada, para obtener una buena ventilación e iluminación, y a la vez están bien protegidas del sol por el filtro de sombra que crea la galería de terrazas del lado sur.
A nivel material y constructivo se ha buscado una construcción directa y sencilla. Estructura porticada de hormigón con forjados unidireccionales y cerramientos mediante fachada ventilada acabada con paneles de madera-cemento pintados, clavados sobre rastreles. Los cuerpos de servicios y la caja de escaleras se diferencian de las viviendas a nivel material, están construidos con muros de carga de bloque de hormigón, aparente y sin revestir.
En las dos fachadas largas se concentra la intervención pictórica de la artista Anke Blaue, un juego sutil de franjas de colores sobre un fondo gris oscuro. Los colores cambian según la fachada, jugando así con la diferente incidencia solar, e incorpora la paleta de colores (modificada e intensificada) de la arquitectura modesta de las construcciones ibicencas de los años 70, los tonos ocres y terrosos que tradicionalmente disimulan los restos de la lluvia en clima seco… La pintura es de base mineral, se ha aplicado diluida y a brochazos de trazo libre, adquiriendo así una irregularidad cromática que la aproxima al observador y nos remite a la naturaleza, a la tierra.