Arquitectos: Desenfreno Ubicación: Playa de Benicássim, Castellón, España Equipo De Diseño: Daniel Alonso, Rocío Anós, Jaime García de Oteyza, Miguel Martín, Maya Molina, Jaime de los Ríos, Daniel Villalonga Año Proyecto: 2012 Fotografías: Cortesía de Desenfreno
Área Proyecto: 150.0 m2 Altura: 12m Cliente: FibART (FIB)
¡VALLA FARO! es un proyecto del colectivo Desenfreno para el FibART, una exposición de arte contemporáneo que organiza el Festival Internacional de Benicássim con el fin de difundir el arte en los espacios públicos y transmitir la experiencia artística a la ciudadanía. En esta ocasión, los miembros de desenfreno no solo dan muestra de un cuidado entendimiento del contraste social que se produce en la playa de Benicássim durante los días que dura el festival, sino que además son capaces de dar una respuesta desde la postura de la reutilización y el aprovechamiento de los recursos existentes.
Los arquitectos tomaron la decisión de desarrollar una infraestructura pública que respondiera a los distintos perfiles de usuarios de la playa de Benicássim. El perfil del veraneante tipo es identificado como una persona altamente equipada con toalla, sombrilla, sillas y mesas plegables, que habitualmente transporta desde su apartamento hasta la playa en compañía de familiares o amigos. En el extremo opuesto se encontraría el asistente tipo al festival, Fibber, turista nada preparado, normalmente proveniente del extranjero que acostumbra a vivir de noche en los conciertos y pasar el día en la playa descansando.
¡VALLA FARO! es una instalación temporal que satisface las necesidades de unos y otros permitiendo un uso libre y flexible. Durante el día es una zona de descanso con tumbonas y hamacas, un punto de encuentro y zona de juegos, donde las mesas se utilizan para comer o echar una partida de cartas a la sombra. De noche se convierte en un faro, un icono iluminado donde la gente acude a disfrutar del ambiente nocturno junto al mar y escuchar la música que ellos mismos proponen.
Frente a la lógica habitual del uso de la playa en la que cada uno se adueña de una pequeña parcela de arena, se apuesta por una gran sombra colectiva y equipada que genera un lugar de encuentro y relación. Se produce así ese intercambio entre los distintos grupos sociales y una convivencia solidaria.
El reducido presupuesto llevó a pensar en trabajar con materiales que pudiera proporcionar el ayuntamiento local. Las vallas de obra fueron el elemento escogido por su resistencia y modulación, lo que facilitó tanto su transporte como su transformación en el taller. Las piezas se ensamblaron en la playa formando una estructura rígida que se completó con la instalación eléctrica (iluminación, wifi y equipo de sonido) y la incorporación de elementos textiles para la protección solar. El resto lo puso el usuario.
“Karen recargó su ordenador portátil y pudo hablar por videoconferencia con su familia de Manchester.” “La familia Gutiérrez Medina almorzó con sus tarteras a la sombra a pesar de que el viento rompiera su sombrilla.” “Un grupo de adolescentes hicieron un combate de Youtube conectándose con sus teléfonos móviles.” “Un dj local trajo su equipo y se puso a pinchar para unos amigos.”