- Año: 2011
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Fotografías:Adrian Saldaña
La actividad social juvenil de los nuevos inquilinos de una residencia de diseño basado en convenciones clásicas sirve de pretexto para realizar esta intervención que con anunciada arrogancia irrumpe en el área de alberca de la misma. Sala de juegos, bar, palapa, área de estar y otros programas cambiantes aloja este cubo de cristal templado que pareciera desafiar a su anfitrión. La intención no es otra que permitir que el usuario no tenga trabas visuales hacia y desde los exteriores, que la construcción sirva además de marco a la actividad social dejando que esta una vez activa sea la protagonista del lugar. Pisos y muros de piedra y maderas naturales sirven como “lienzos” que intentan dialogar con la construcción existente de ladrillo. El cubo es utilizable incluso en su azotea, siendo esta una terraza que permite alejarse del bullicio causado por la actividad generada alrededor de la alberca. El ejercicio constructivo es sencillo para lograr lo anterior: dos losas de concreto forman piso y techo del cubo, sin más columna que un tubular de seis pulgadas de diámetro. De los cantos de estas losas se fijan remaches de acero que sirven como soportes a la herrería de los cristales templados que aíslan del exterior cierta actividad, parte de estos cristales pueden plegarse para integrar el patio completamente y hacer que la actividad fluya sin obstáculos cuando exista una reunión.