En España el vino, la gastronomía y la cultura han ido siempre de la mano. El cultivo del viñedo ha configurado un paisaje propio en La Rioja, dotándole de un carácter especial. Proponemos un espacio que sirva de “maridaje” entre una experiencia cultural para los habitantes de la región, una experiencia gastronómica para los visitantes ocasionales y que brinde oportunidades a jóvenes restauradores. Todo ello alrededor del vino. En definitiva, un catalizador.
A continuación más imágenes de este proyecto de Javier Ureña Carazo e Isabel Rivas, quienes obtuvieron el primer lugar en el concurso Landscape, Architecture and Wine, organizado por Arquideas.
Con esta propuesta no buscamos un icono turístico, ni un hotel de cinco estrellas. Buscamos un motor que active la zona desde varios frentes. Queremos implicar no sólo a la Bodega, sino también al municipio. Para ello no solo intervenimos respetando al paisaje, que entendemos como un bien cuyo valor hay que proteger y promocionar, sino que lo utilizamos y manipulamos como un elemento más para organizar y dar forma a nuestra propuesta. No buscamos una construcción en el paisaje, sino construir con el paisaje.
Naturaleza y Geometría La geometría del proyecto se gene- ra a partir de la interpretación del patrón geomorfológico de la zona y de la propia lógica del programa propuesto. La solución obtenida resuelve los requerimientos del programa, respetando la orografía del terreno hasta fundirse con él.
Esquema de Sostenibilidad de la Fachada Compuesta por lamas de madera de pino procedente de la zona, con una baja huella ecológica y una buena durabilidad. Para su diseño se han tenido en cuenta los parámetros de vistas y soleamiento. La profundidad de la fachada oscila entre 30cm y 100cm, optimizando la protección frente a la luz solar. La separación de las lamas de madera varía según la orientación y el interés de las vistas, adaptándose a la función de cada volumen. Las partes opacas se cubren con vides trepadoras, enfatizando la conexión con el paisaje.
Recogida de Aguas Pluviales Su emplazamiento en el terreno, en la línea de vaguada natural, no sólo focaliza las vistas más importantes, sino que también permite la recogida del agua de escorrentía. Por medio de las terrazas de los patios, es llevada hasta el estanque, donde se almacena para ser usada posteriormente para el riego de las plantas de los patios y cubiertas.
Cubiertas Vegetales Los espacios cerrados se entierran, lo que, junto a las cubiertas vegetales contribuye a mejorar la inercia térmica, estabilizando la temperatura media interior. Se han seleccionado variedades de vid propias de la región (tempranillo, garnacha tinta, viura, graciano y garnacha blanca) para tapizar estas cubiertas, buscando la conexión con el paisaje agrícola de viñedos.