El Concurso Capba pretende buscar un diseño para la nueva sede del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires. El consejo directivo dictó como prioridad un edificio en donde tengan sentido los nuevos paradigmas de ecología, de sostenibilidad, de accesibilidad universal, de experimentación constructiva o de nuevos materiales, fomentando la y la investigación en materia de arquitectura mediante la modernización y sistematización de las instalaciones.
A continuación les presentamos el primer lugar obtenido por el equipo de Guillermo Lesch, Leticia Alfaro y Juan Pablo Porta.
La tarea del arquitecto implica definir el espacio donde se desarrolla la vida cotidiana de las personas. La relación “arquitecto-comunidad” es análoga a la relación “edificio-ciudad”. Así como el arquitecto tiene una misión, el edificio de colegio de arquitectos de San Martin también tiene un gran compromiso con su entorno. Construir una nueva sede del colegio es una gran oportunidad de poner de manifiesto y promover temas tales como la sustentabilidad, el uso del espacio urbano y la participación ciudadana. Sobre estos 3 pilares se apoya la propuesta, y estos son los mensajes que intenta transmitir el edificio, casi como un manifiesto del compromiso de los arquitectos con su comunidad. El edificio, con su conformación, pretende de alguna manera lograr la reflexión del ciudadano sobre estos temas.
La sede de los arquitectos, no debiera ser un edificio más. En primer lugar, debiera alejarse por completo del modelo individualista que se adueña de un lote y construye especulativamente solo pensando en su provecho. Por el contrario debiera brindarse a la comunidad en la que esta inserto y debiera ser parte activa, intentando la transformación desde su lugar. Siguiendo este criterio el edificio pretende interactuar y ofrecerse como alternativa de reunión social y cultural a escala barrial.
Para potenciar dicha relación se propone un gran frente público sobre el noreste, generando un ensanche de vereda con equipamiento urbano que actúa como instancia previa al edificio, generando espacios de intercambio. Se ofrece en esta instancia un gran tendido de sombra: un techo, como expresión básica del quehacer del arquitecto, un techo urbano que invita a agruparse y a reunirse bajo su protección. Bajo ese techo se produce el acceso, jerarquizando la esquina.
En el edificio, desde el mismo enunciado del programa podrían diferenciarse, por usos y por dimensiones, dos grandes espacios. Espacios de oficinas y espacios de usos múltiples. La propuesta pretende sacar provecho de estas dos instancias, intentando que cada una de ellas tenga una marcada identidad y sean fuertemente complementarias haciendo que se potencien entre sí. Por ello las zonas de oficinas se configuran como plantas libres apaisadas volcadas por completo a los espacios de expansión. Estos espacios de expansión están concebidos como un verdadero colchón bioclimático, donde se combinaran la plantación de especies autóctonas que generaran oxigeno y tendidos de sombra, con almacenamiento y tratamiento de aguas de lluvia y captación de energía solar.
Además de la contribución efectiva que puedan tener estas acciones, se especula con el efecto de difusión y toma de conciencia sustentable que estas configuraciones despierten en la comunidad. En ese sentido el aporte de espacios verdes a San Martin aparece como una necesidad insoslayable y la aparición de una nueva mancha verde en el google earth pareciera ser el aporte más significativo que podemos ofrecer a la ciudad.
El volumen del sum se transforma entonces en un espacio pasante debajo del gran techo, y un espacio de continuidad verde por encima del mismo, haciendo una transición entre los arboles de vereda que serán destacados y las especies plantadas en el patio. La configuración propone un sector de expansiones y usos múltiples y otro específico de oficinas. Uno se alimenta del otro, y en caso de utilizarse a futuro el lote vecino ambos pueden completarse armónicamente acompañando el crecimiento futuro.
El edificio pretende tener una fuerte presencia, pero no a partir de gestos arquitectónicos, sino mas bien a partir de integrarse al paisaje natural. Para ello, apelando a la sobriedad y racionalidad constructiva, se propone una paleta de materiales sobria y atemporal que combina vidrio hormigón visto y madera Se intenta entonces, trascender la mera construcción de un nuevo edificio, se intenta construir una pieza que haga un pequeño aporte de urbanismo social, promoviendo la transformación del entorno y repercutiendo en mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Titulares: Arq. Guillermo Lesch Arq. Leticia Alfaro Arq. Juan Pablo Porta
Asociados: Arq. Axel Tanner Arq. Pablo Vilas
Colaboradores: Lucas Meneghetti