Arquitectos: JF Arquitectes Ubicación: Sant Cugat del Vallés, Barcelona, España Arquitecto responsable: Jordi Frontons Arquitectos colaboradores: Xavi Durán – Pau Frontons Arquitecto Técnico: Carlos Arilla Superficie Construida: 17.900 m2 Fecha Proyecto: 2007 Fecha Construcción: 2008-2012 Promotor: Inverfiatc S.A. Constructora: Pai Construccions Empresa Instaladora: Corporació SURIS Cálculo estructural: JFG Consultors – Joan Francesc García Ingeniería instalaciones: Gepro Engeneering – Miquel Baena Project management: Genars S.L – Joaquín Rigau / Francesc Torrebadell Interiorismo: CastellsBartolome Interioristas – Miriam Castells / Marta Bartolomé Fotografías: Xavi Gálvez
El proyecto del Centro Residencial Cugat Natura se emplaza en una de las zonas más tranquilas y exclusivas de la ciudad de Sant Cugat del Vallés (Barcelona), disfrutando de unas privilegiadas vistas al Club de Golf de la localidad y un acceso inmediato desde el centro.
Un aspecto importante fue entender a qué tipo de usuarios va dirigido el centro y cuáles son sus necesidades. En este centro aparecen dos tipos de usuarios muy distintos: personas sin ningún grado de dependencia que desean tener en su día a día las comodidades que ofrece un centro residencial y personas con un nivel de dependencia bajo-medio-alto que necesitan ser atendidas y cuidadas por profesionales.
Teniendo en cuenta dicha premisa como eje principal del proyecto, se diseña un centro residencial que consta de dos edificios, de planta baja más 3 plantas piso, conectados entre sí mediante los dos sótanos. El primer volumen se destina a residencia geriátrica, para usuarios con cierto grado de dependencia, y el segundo volumen, más alejado, son apartamentos asistidos que gozan de los servicios del centro.
Un centro residencial tiene la obligación de ofrecer una calidad de vida igual o mejor de la que disfrutaban los usuarios antes de entrar en éste. Tiene que ser un centro agradable para vivir, convivir y visitar, que cree sensaciones alentadoras a las personas que pasarán los últimos años de su vida. Para hacer esto posible, el centro residencial no sólo cuenta con una gran superficie de habitaciones, servicios y salas polivalentes de todo tipo, sino que se rodea de casi 4.000 m2 de zonas exteriores ajardinadas.
Edificio Geriátrico Este edificio se entiende como dos grandes volúmenes de ladrillo cerámico, y un núcleo central de hormigón armado y muro cortina, que contiene las circulaciones verticales. Cuenta con 86 habitaciones dobles, ubicadas en las tres plantas y liberando espacio en algunas zonas para crear puntos de descanso o salas polivalentes. La planta baja contiene el programa más público, recepción, administración, sala polivalente, cafetería, comedor, sala de fisioterapia y zonas comunes de descanso.
Para huir de una imagen hospitalaria, de largos pasillos sin fin con puertas a ambos lados, se proyectaron dos grandes atrios en las zonas de habitaciones y uno menor en el vestíbulo principal, que permiten y facilitan la entrada de la luz natural en todas las plantas, llegando incluso hasta el nivel -1 con un gran jardín interior.
Estos atrios centrales hacen clara referencia, tanto en su tipología como en su función, al claustro románico del monasterio de Sant Cugat d’Ocatavià en la misma localidad. Del mismo modo que la arquitectura monástica suele ordenarse en torno a un patio central, el edificio proyectado gira en torno a estas galerías porticadas, organizando el programa a su alrededor atendiendo a las necesidades y dotando al conjunto de una bocanada de vida en forma de luz.
Organizado en una grilla de 1,20 metros los vanos transparentes y translucidos se distribuyen por todo el perímetro asociándose y alejándose en función de la incidencia solar de cada una de sus caras, captando o rebotando la luz y reflejando el cielo como referencia visual desde cualquier punto.
Para los interiores se han buscado acabados que resalten aún más la luminosidad interior, usando pinturas plásticas para las habitaciones y revestimiento vinílico para las zonas comunes con un tono blanco neutro. Los pavimentos mantienen la línea de color buscada y se usan tres tonalidades de grises. Tan solo aparece un toque de color verde, siguiendo los colores corporativos, para enmarcar las hendiduras de acceso a las habitaciones.
Edificio Apartamentos El edificio de apartamentos, también de ladrillo cerámico y muros de hormigón en los testeros del edificio, se ha diseñado siguiendo un sistema de escalonado de las plantas. Así se consigue que cada unos de los 32 apartamentos pueda gozar de una terraza abierta y privada con vistas directas al campo de golf. Las plantas tienen un desfase de 2 metros entre ellas, que responden a la anchura de las terrazas y pasillo.
Las fachadas principales confieren cierto movimiento visual al conjunto, gracias a los elementos salientes (jardineras) y a los paramentos opacos en las zonas de pasillos. Los apartamentos cuentan con todo el equipamiento necesario para entrar a vivir y existen dos tipologías, con 55 m2 y 46 m2 útiles. En éstos, las interioristas han potenciando la sensación de amplitud a través de la distribución, el aprovechamiento de la luz natural, la iluminación y el uso de los materiales en revestimientos. Los vestíbulos y los pasillos actúan como nexo de unión entre los apartamentos y la sala polivalente a través del lenguaje y las soluciones constructivas utilizadas en ambas zonas.
Bajo rasante – Unión En la planta sótano -1, que une ambos edificios, se identifican tres zonas con distinto programa: estacionamientos, servicios y el programa específico de los usuarios de apartamentos (sala de cine, salas de estar – lectura, cafetería – restaurante, comedores privados, gimnasio, despachos, consultorio, peluquería).
La segunda zona contiene el programa más privado del centro (cocina, vestuarios, almacenes, lavandería, zona de personal) y una gran sala que genera un espacio -circulación en el que se dispone el programa de los servicios que ofrece el centro geriátrico (peluquería, podología, médico, farmacia, psicóloga, petanca, salas de lectura).
La zona tres, que ha sido parte del proyecto de interiores, destaca por la distribución de las diferentes piezas del programa mediante el mínimo uso de paramentos verticales y falsos techos. Se ha proyectado un espacio diáfano, tanto en horizontal como en vertical, con la finalidad de potenciar la entrada de luz en dicho sótano. Los revestimientos y texturas, los elementos fonoabsorbentes, la iluminación, y el mobiliario fijo y móvil, se han trabajado con el objetivo de que estos mismos acoten los diferentes programas de la sala polivalente.
El cuidado mostrado en todo el complejo en lo que refiere a la obtención de luz natural también se aplica en esta última zona mediante grandes claraboyas que junto con el diseño de la gran sala permiten desdibujar el espacio de un sótano convencional.
