Descripción enviada por el equipo del proyecto. No estamos ante un proyecto condicionado por la presión del boom inmobiliario o la necesidad de una imagen icónica de marca. Se presentó la agradable y particular circunstancia de que finalmente el cliente era también promotor, arquitecto, constructor y usuario.
La pretensión inicial del encargo era sencilla: construir un edificio para albergar la actividad de IDOM que a la vez le representara y se convirtiera en tarjeta de visita para sus clientes. Ser capaces de explicar desde su sede física su cultura y sus procesos de trabajo. Una oportunidad para convertir un edificio en escaparate de su filosofía.
CÓDIGOS - CLAVES
¿Dónde podíamos encontrar las claves que representen a una firma como la que nos ocupa? Por la particular cultura de IDOM, era evidente que debíamos abandonar todo intento que naciera supeditado a lo mediático, el corto plazo, el reconocimiento rápido o la representatividad desde lo emocional. Una obsesión que hoy desquicia a muchas estructuras empresariales necesitadas de éxito rápido y atractividad visual para consumo.
Decidimos centrar nuestro trabajo lejos de esas premisas, nos planteamos lograr un auténtico confort ambiental, mensurable, creíble, real, no condicionado solo por sus valores tectónicos, representativos o espaciales. Generar un ámbito para el trabajo de carácter más doméstico, poroso, ventilado, natural, amable. Algo más cercano a las condiciones de trabajo de un hogar que a las tradicionales de la típica burbuja terciaria. Superar las penurias y limitaciones clásicas de la oficina del XX en su intento insalubre por conseguir un clima artificial y una imagen icónica de marca.
Para cambiar esos paradigmas era necesario un planteamiento radicalmente diferente. Era obligado hacer de la energía, los sistemas portantes, la climatización, la luz, la orientación, la gestión del agua o del espacio y las estrategias sostenibles la razón final de los códigos sobre los que se apoyan las referencias formales y arquitectónicas, y no al revés. Olvidar muchas referencias e imágenes, cargarse de razones y trabajar con una premisa nueva: la idea no se impone a la realidad, la idea nace de las necesidades que impone la realidad.
CONSTRUIRLA NO-OFICINA
Un ambiente más cercano a un lugar doméstico que rompiera los axiomas del edificio de oficinas tradicional. Un espacio sin falso techo, sin falso suelo, con carpinterías de madera, conductos de tela, paredes de fábrica vista, impulsión de aire a baja velocidad y temperatura ambiente, ventanas practicables, en definitiva una no-oficina.
Climatización en base a sistemas radiantes ( TABS ) aprovechando la alta inercia térmica de la estructura y de sus forjados postesados de hormigón. Una impulsión de aire exclusivamente concebida para la renovación a baja velocidad desde conductos de tela limpiables y sin contaminación acústica.
Grandes luces estructurales que permiten un espacio fluido y flexible. Protección solar a sur, y luz matizada de norte. Una percepción de un lugar continuo tanto en horizontal como en vertical. Un entorno donde se introducen fragmentos de naturaleza, jardines colgantes, fachadas vegetales. Una correcta estrategia de reutilización del agua aprovechado a su vez para el disfrute visual y acústico.
BUENO – BONITO – BARATO
Un edificio de costo razonable, mantenimiento sencillo, fácil de usar y entender, flexible, amable en su presentación, pronto a los cambios, bueno – bonito – barato, maximalista en su pretensión. Altamente tecnificado con baja tecnología. Complejo en su concepción, sencillo en su resolución.
Buscamos un edificio rigurosamente sostenible, convencidos del alto rédito arquitectónico de tal aproximación. Un adecuado balance entre los aspectos ecológicos, económicos y sociales. Sencillamente poder trabajar bajo un clima saludable (sin frío, sin calor, sin deslumbramiento, sin elementos tóxicos, etc.). Todo esto conlleva altos niveles de satisfacción y un espacio saludable.
Esta dinámica se enmarcaba perfectamente dentro de los objetivos estratégicos de IDOM, y así lo ha percibido el usuario, un esfuerzo por construir un nuevo espacio de oficinas saltándose el guión.