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Arquitectos: Pablo Rodríguez y Borja Lomas
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Debido al gran aumento de la población del distrito madrileño de El Pardo en los últimos años, surge la necesidad de una nueva comisaría de distrito para atender las necesidades de los ciudadanos. El edificio, obra de VOLUAR ARQUITECTURA está diseñado para ser un elemento funcional, que responda perfectamente al complejo programa de una comisaría clarificando los espacios de uso público, uso privado y sus elementos de relación. El edificio se desarrolla en una superficie aproximada de6.800 m², diferenciándose claramente 4 zonas en función de los usos que alberga.
En la planta sótano se sitúan los usos restringidos del edificio; en la planta de acceso se alojan los usos públicos, incluyendo en este apartado la plaza pública de acceso; la planta baja se presenta como un espacio de transición entre los usos públicos y privados; y en las plantas 1ª, 2ª y 3ª, se desarrollan los usos privados propios de una comisaría.
Todos los usos se articulan a través de un espacio vacío, un patio central cubierto que se desarrolla en toda la altura del edificio y que configura el diálogo entre la zona privada y la zona pública, siendo la propia luz que atraviesa los lucernarios de este patio, el elemento unificador del proyecto.
La zona pública se presenta como un zócalo pétreo del edificio; la zona de transición se materializa en una planta porticada y acristalada; y la zona de uso privado se resuelve con el cuerpo principal del edificio, un cubo de 30x30x15m que se levanta sobre los pilares de la zona de transición.
Si bien el exterior del edificio se presenta a modo de fortaleza, en el interior, todos los espacios de trabajo se vuelcan sobre el patio central, alrededor del cual se dispone un corredor a modo de distribuidor en cada una de las plantas desde el que se accede a las distintas dependencias administrativas. Todas las particiones interiores están realizadas con mamparas de vidrio, donde la luz atraviesa todo el edificio creando una relación bidireccional entre visitantes y trabajadores. Esta concepción del espacio interior, sumada al perímetro exterior de vidrio en todas las plantas, provoca una relación exterior-interior que mejora sustancialmente las condiciones laborables de los usuarios del edificio.
El volumen de uso privado, definido claramente, pierde su carácter estanco con las cajas que vuelan desde el cubo a modo de miradores, y con una serie de terrazas y patios que aparecen en fachada. En el edificio se han empleado materiales y acabados de alta durabilidad y bajo mantenimiento, elegidos, no sólo por una preocupación estética sino también medioambiental. En las fachadas del edificio, realizadas con el sistema de muro cortina MX de Technal, se ha creado una doble piel de paneles de aluminio extrusionado con perforaciones de distintos tamaños y densidades en función de la orientación, del grado de transparencia y de las necesidades lumínicas de confort de las distintas dependencias. Para los huecos de abertura practicable se han utilizado ventanas de hoja oculta dela serie Unicity.
Esta doble piel dota al edificio de seguridad sin renunciar a la luz, aludiendo a la sensación de “ver sin ser visto”, y mejora el comportamiento bioclimático del mismo, disipando energía procedente de la radiación y reduciendo el gradiente térmico entre la fachada exterior e interior. Este ahorro energético se consigue, principalmente, gracias al espacio previsto entre las dos fachadas, con una pasarela técnica ventilada en todo el perímetro que, además, sirve para realizar el mantenimiento y limpieza de los vidrios y los paneles metálicos.
El aluminio anodizado de esta piel hace que ésta se encuentre en continuo cambio, reaccionando a los propios cambios lumínicos del día y a las distintas estaciones del año. En el mismo sentido, los distintos grados de perforación de fachada hacen que ésta varíe en función de la posición del observador.