- Área: 12215 m²
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Fotografías:Aitor Estévez
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto consiste en la realización de 120 viviendas de protección pública para jóvenes en alquiler en una nueva zona de ampliación urbana, dentro del término municipal de Parla (Madrid). Es pues, una respuesta a las necesidades de vivienda de bajo coste y dimensiones mínimas de alquiler para jóvenes.
El objetivo inmobiliario básico de las promociones de vivienda pública es el atender el mayor número de necesidades (personales y familiares) de vivienda, a partir de los estándares materiales y dimensionales qué se determinen, teniendo en cuenta los recursos (suelo y financiación) disponibles. Las normas técnicas de diseño y calidad de las viviendas de protección pública han determinado en gran medida la solución proyectada, en su superficie, numero de dormitorios, etc.
En la propuesta se ha buscado la unidad y sencillez de la edificación, cumpliendo los programas exigidos en cuanto a características y tipologías de las viviendas, aprovechando la capacidad de ordenación del proyecto para articular el espacio urbano en beneficio de la ciudad.
Se optó por adoptar una tipología de bloque abierto en la parcela, siendo el resultado final de una gran unidad espacial con dos bloques lineales que van adaptándose a la topografía de la parcela.
Con esta distribución volumétrica se consigue un óptimo rendimiento de la parcela en cuanto a número de viviendas y calidad de las mismas, respetando los criterios urbanísticos de aplicación.
Las edificaciones son del tipo lineal con un retranqueo obligatorio de 5 metros. Hemos alineado las fachadas de los edificios a los viarios para lograr lo que podemos denominar "formar calle", dejando el espacio libre, amplio, digno y accesible en el interior de la parcela.
A este espacio recreativo privado se puede acceder peatonalmente directamente desde el exterior de la promoción. Se ha considerado adecuado un edificio permeable que permita el uso de la planta baja como espacio urbano abierto. Se propone la entrada a los portales desde los soportales, potenciando el uso del espacio libre interior. Se consigue de esta manera un espacio ajardinado común amplio con buenas condiciones de asoleo y un diseño de viviendas que favorecen el ahorro energético mediante la adopción de medidas pasivas.
En cuanto a los bloques, orientados Este-Oeste, están formados por dos bandas de viviendas, separadas mediante los núcleos de acceso y circulación y una serie de patios interiores. A estos patios interiores centrales dentro de cada edificio abren luces las cocinas-tendedero y el distribuidor, situando las piezas principales de estar y dormitorios en ambas fachadas.
Dada la dimensión de los patios de luces y la de los huecos que a ellos abren, se asegura la ventilación cruzada en todas las viviendas, objetivo que nos parece irrenunciable.
La edificación se va adaptando a la topografía con banqueos entre portales, que ayudan a fragmentar en volumen y a dotarlo de una escala más humana. En coronación, la geometría escalonada se enfatiza con la disposición de una altura más cada dos viviendas, lo que ayuda a quebrar el perfil del conjunto y a amortiguar su impacto volumétrico.
La quinta fachada la compone el conjunto de bancales sobre los que se asientan los edificios, en el que grandes jardineras, rampas, escaleras y zonas pavimentadas, configuran una imagen amable que propicia el encuentro.
Estrategias derivadas de la repetición y ejecución en serie del proyecto y la utilización de elementos prefabricados en las fachadas ventiladas, han permitido una optimización y rapidez en los trabajos de montaje con el consiguiente ahorro en los costes de ejecución.
Se ha puesto especial énfasis y cuidado en la elección de los materiales, tanto en lo que se refiere al recubrimiento de la fachada ventilada, utilizando paños de chapa minionda de diferentes tonos de verde, enmarcadas por paneles de GRC, como en la utilización del ladrillo visto en color negro en el recubrimiento del zócalo que resuelve el contacto con el pavimento exterior. Un tratamiento cromáticamente diverso y de texturas en la piel de las fachadas son componentes compositivos que confieren al conjunto una cierta riqueza plástica, huyendo de una rutina formal derivada de un programa habitacional repetitivo.
