Arquitectos: CREUSeCARRASCO arquitectos ( Juan Creus, Covadonga Carrasco) Ubicación: Fisterra , A Coruña, España Promotor: Portos de Galicia/Xunta de Galicia Colaboradores: Francisco Rosell, Estefanía Vázquez, Felipe Riola, Roi Feijoo, Cecilia Castro, Belén Salgado Estructura: Lanik, Félix Suárez Constructora: Indeza Año Proyecto: 2004-2006 Área Proyecto: 2658 m2 Fotografías: CREUSeCARRASCO arquitectos, Xoán Piñón , Jordi Pereda
Se trata de una lonja en la que se plantea como experiencia pionera en Galicia la posibilidad de recibir visitantes al mismo tiempo que se realiza la actividad de lonja.
Separar los recorridos de trabajadores y visitantes se convierte en un objetivo que condiciona la distribución y el programa básico de una lonja convencional, apareciendo funciones añadidas, como la información, exposición de material didáctico o la de control y pequeña tienda.
Básicamente se plantean dos esquemas de funcionamiento muy simples que no se tocan: el de los visitantes, como recorrido longitudinal elevado en torno al espacio de subasta (anillo), con inicio y final en el vestíbulo; y el de lonja, definido por la secuencia lineal y a nivel de suelo de los trabajos, con accesos transversales de carga y descarga (espina).
Un gran alero acoge a los visitantes en la vía pública. Es un ensanchamiento del paseo que funciona como plaza cubierta (espacio ext. vestíbulo). Desde ahí se accede a un vestíbulo acristalado, a doble altura, cuyo suelo se pliega hasta alcanzar un metro sobre el de subasta y define un primer espacio central de observación. A un lado se sitúa el volumen de recepción-tienda y en el otro el de aseos. Desde cada volumen parten los elementos de comunicación vertical que se continúan en dos pasarelas que cruzan el recinto de exposición y
venta del pescado. Sus laterales se protegen con pantallas de vidrio inclinadas, que funcionan como barreras higiénicas y sirven de soporte al material expositivo. Las dos pasarelas se unen en el otro extremo del espacio en una sala de exposiciones. De esta manera se permite un recorrido en anillo en el que se combinan la observación de la actividad de lonja, sin interferirla, y la de documentación e información complementaria.
A continuación, integrados en el mismo volumen, se reubican los diez departamentos de armadores de la lonja antigua y, en el extremo final, la oficina de Portos, controlando la actividad portuaria. La planta baja se retranquea del perímetro para dejar espacios de trabajo a cubierto. De este modo, la presencia del edificio en el muelle se va estrechando hasta desaparecer en un quiebro a partir del cual comienza la rampa de depósito de embarcaciones y amarre.