- Área: 600 m²
- Año: 2011
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Fotografías:Monica Rosello, Jordi Royo
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La geometría del proyecto es a la vez el punto de partida y el leit motiv que articula todo el espacio. Si bien es fácilmente identificable con un tejado, su escala no responde a aquello que se podría esperear a primera vista. Es una casa para niños pero podría tener cualquier uso público. Interesaba que fuese fácilmente reconocible como los primeros dibujos que todos los niños hacen de una casa y que una vez dentro se descubriese la sorpresa del volumen generado.
La eliminación de la fachada ha permitido tanto constructiva como económicamente centrar la experimentación espacial y arquitectónica en tres fragmentos de troncos piramidales que se intersecan formando un único cuerpo con suaves cambios de dirección. Estos tres cuerpos son atravesados por seis mansardas en cada lado, repitiendo el esquema a una menor escala. Si bien las cubiertas / fachadas principales son atravesadas por una serie de lucernarios, las mansardas se abren hacia el patio de la guardería, creando una comunicación visual entre interior y exterior.
El hecho de que las cubiertas no toquen el suelo hace que desde fuera parezca flotar y desde dentro haya una entrada de luz en todo el perímetro inferior del edificio. El aplacado de granito de todas las cubiertas inclinadas le da un carácter urbano. Cada una de estas mansardas conforma uno de los espacios interiores. En cada aula hay una mansarda por donde se sale al exterior. Las zonas comunes del edificio también disfrutan de su espacio característico. El volumen se lee sin interrupciones en los espacios comunes, aunque en algunas zonas se busca una altura inferior, que se consigue con un techo translúcido intermedio. De esta manera los usos se superponen, se mezclan. El porche, colocado en uno de los extremos del edificio, también coge toda la altura, siendo, de hecho, el más alto de los tres fragmentos de troncos piramidales.
La oportunidad de ofrecer un espacio innovador para el municipio pero que a la vez fuese la primera experiencia educativa da, si cabe, más sentido al experimento arquitectónico que parte de la visión libre del mundo infantil, la fascinación del caleidoscopio y la imagen poética de un niño sobre un columpio.