- Área: 94000 m²
- Año: 2007
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Fotografías:Luis Asin Baja
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La voluntad de construir un Hospital de alta calidad, basada en el programa funcional elaborado por el Servicio Murciano de Salud, define los rasgos fundamentales del proyecto del Nuevo Hospital General Universitario de Murcia, que abre sus puertas con el nuevo nombre de Hospital General Universitario Reina Sofía. Así, la búsqueda de la fácil accesibilidad al servicio público que constituye el Hospital, la elevada calidad técnico-científica y un alto grado de aceptación por parte de los usuarios (públicos y profesionales), son objetivos que han regido el proyecto y la construcción del edificio.
El edifico se levanta en una parcela urbana fruto de la demolición del antiguo Hospital, y está delimitada por la Avda. Intendente Jorge Palacios, que discurre paralela al río, la Avenida del General Yagüe, la calle Luis Fontes Pagán, que se ha hecho peatonal en la zona colindante a las instalaciones del Hospital – y pasa a formar parte del ámbito del mismo- y la calle Ronda de Garay. La parcela cuenta con una superficie cercana a los 25.000 m2, de los cuales alrededor de 20.000 m2 se sitúan en la manzana definida por las calles mencionadas anteriormente y el resto pertenecen a una parcela enclavada en la esquina de la Avenida de la Fama y de la calle Luis Fontes Pagán. La esquina noroeste de la manzana, colindante con las citada calles Luis Fontes Pagán y Ronda de Garay, está ocupada por dos edificios ajenos al Hospital, el Centro de Hemodonación y Medicina Legal.
La implantación del edificio en el solar, de geometría irregular, obedece por una parte a una clara vocación de formar parte de la trama urbana, alzándose como edificio representativo de la colectividad a la que pertenece, y por otra, a la satisfacción de las complejas necesidades intrínsecas que la actividad del Hospital plantea. Se han proyectado tres volúmenes paralelos que definen dos patios intermedios que sirven de calles, alineados con el cauce del río y la Avenida del Intendente Jorge Palacios, que se completan con el edificio de mantenimiento e instalaciones (EMI), implantado sobre la parcela aneja y unido a las edificaciones principales en los niveles bajo rasante. La superficie total de la intervención se aproxima a los 95.000 m2, de los que alrededor de 65.000 se destinan a servicios sanitarios, usándose el resto para un aparcamiento subterráneo de 1.000 plazas.
Desde un punto de vista compositivo, la creación de dos calles de servicio paralelas al río en el solar principal permite fragmentar el volumen edificado en tres cuerpos, que se escalonan, ofreciendo la cara más pública a la plaza ajardinada que un retranqueo ligeramente curvo ha creado sobre el río, y dejando los servicios más internos en el tercer volumen. Así, la secuencia entre lo público y ambulatorio y los servicios hospitalarios más tecnificados se realiza con naturalidad, simplificándose los recorridos.
El primer cuerpo, de 8 plantas con 2 frentes homogéneos orientados al sur y sureste, se destina fundamentalmente a administración y hospitalización, con todas las habitaciones en la parte superior, orientadas buscando las vistas y el sol. Su sección, compleja por la superposición de muy diversas funciones, se reduce a medida que gana altura, hasta llegar a la crujía de hospitalización, definida por el fondo de las habitaciones, el pasillo y los apoyos. Rematado por una cubierta a un agua, en la que bandas irregulares de paneles solares flotan sobre placas de galvanizado en un juego rítmico de reflejos, descansa sobre unas pilastras que crean un pórtico de acceso sobre el que una fachada de piedra de bateig gris, homogénea, queda rota por los distintos huecos.
El volumen central, acotado por las vías de servicio, ortogonal y modulado con regularidad, aloja las consultas externas y los gabinetes de exploración, apoyados por los servicios asistenciales complementarios. Su envolvente de chapa gris metalizada se rasga con ventanas corridas. Su modulación permite la variación del tamaño de las distintas piezas sin que se manifieste exteriormente.
En el tercer cuerpo, de menor tamaño debido a la obligación de mantener en la parcela dos edificios existentes, se sitúan las urgencias, los laboratorios y los quirófanos, y su tratamiento es similar al anterior: chapa, huecos corridos, cubierta plana...
Por otro lado, la claridad en el funcionamiento interior permite eficacia de uso y fácil comprensión de la localización de las distintas actividades, y rige la distribución del Hospital, que se zonifica con un esquema secuencial muy claro:
- Las funciones de fuerte carácter público se disponen en el primer volumen edificado. Éstas, a grandes rasgos, son los accesos principales de público, tanto a hospitalización como a consultas externas, y a los servicios ligados a estos accesos, como el área docente y de investigación, salón de actos, cafeterías, tiendas y oratorio, funciones de administración y gestión en los niveles inferiores, y plantas de hospitalización y servicios asociados en los niveles superiores.
- Las funciones que necesitan de acceso público y de servicios clínicos internos con áreas privadas se disponen en el volumen intermedio. Así, se alojan en este cuerpo consultas externas y gabinetes de exploraciones especiales, rehabilitación, hospitales de día médico y quirúrgico, y en área segregadas, clínica oftalmológica y unidad de cuidados intensivos.
- Las funciones clínicas internas, de acceso público muy restringido, se disponen en el volumen trasero. Estas áreas son destinadas a urgencias, laboratorios, esterilización y bloque quirúrgico.
- Las funciones de mantenimiento e instalaciones en un edificio independiente, separado por una vía peatonal.
Este esquema de zonificación, soportado mediante un sistema de circulaciones claro y diferenciado, consigue otorgar al edificio la condición de flexibilidad ante futuras modificaciones, condición imprescindible para el desarrollo de cualquier Hospital, ya que permite modificaciones en el interior de sus diferentes servicios sin alterar la composición general de su estructura.
Las red de circulaciones del edificio, tanto internas como exteriores (accesos), se ha proyectado teniendo en cuenta las distintas funciones, de forma que no interfieran unas actividades con otras y que se garantice la privacidad o se potencie el carácter público para aportar un entorno confortable a los usuarios. Las distintas exigencias de relación de unas áreas con otras son el otro requisito que define las circulaciones del Hospital, garantizando un funcionamiento eficaz, constituyendo un entorno en el que es fácil orientase y proporcionado recorridos seguros.
Los accesos exteriores se proyectan atendiendo a las condiciones que plantea el entorno urbano y a la importancia de diferenciar distintas entradas según los usos, facilitando todas las funciones y considerando con especial interés la importancia del buen diseño del acceso de urgencias.
