- Año: 2005
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Fotografías:Garcia&Betancourt
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Bodega Pulenta Estate, que elabora vinos de alta gama, es una de las mejores representantes de la nueva vitivinicultura mendocina. Junto a su actividad agrícola y enológica de excelencia, ha creado una imagen de marca asociada a la región y contribuye a la promoción de la cultura del vino, mediante diversas actividades relacionadas con el enoturismo.
La bodega se ubica en Alto Agrelo, Luján de Cuyo, sobre Ruta Provincial N° 86. Este camino, llamado “de los Cerrillos”, recorre desde antiguos tiempos el Valle de Uco hacia Tupungato y es hoy una de las principales rutas del vino de Mendoza.
La finca, de 135 has, está situada a 980 metros sobre el nivel del mar y tiene magníficas vistas de Los Andes. El Cordón del Plata, con cumbres nevadas de hasta 6.000 metros, es una de las más imponentes formaciones cordillerana de la provincia.
La bodega y sus viñedos
La bodega, propiedad de Hugo y Eduardo Pulenta, se construyó dentro de un programa de puesta en valor paisajístico de la finca y de refuncionalización y ampliación de un conjunto edilicio existente.
El proyecto de arquitectura organizó espacios para la elaboración del vino y para turismo. Junto a una nave existente se formó un patio de trabajo, cerrado por otros dos cuerpos similares al primero, con galerías.
Las naves contienen los espacios de fermentación, conservación, guarda, embotellado, depósitos y anexos, con equipamientos de alta tecnología. En el subsuelo se ubica la cava de guarda en barricas y botellas y una sala de degustación, El conjunto se completa con dos volúmenes más pequeños, paralelos a las grandes naves, con la administración y la recepción de visitantes, que incluye un área de degustación y venta de productos. Desde estas salas, elevadas sobre terrazas a un metro sobre el suelo, se disfruta de las mejores vistas de los viñedos, que parecen extenderse hasta el mismo pie de las montañas.
El jardín inmediato a la zona de turismo, junto al reservorio de riego, fue tratado con especies autóctonas y tradicionales de Mendoza, que le dan un sello de identidad regional.
Los propietarios solicitaron que las construcciones fueran sobrias, lo que se tradujo en una arquitectura contemporánea de líneas minimalistas, con formas simples pero de gran fuerza y carácter. Este concepto ha guiado el diseño de los espacios y el manejo de la luz, los materiales y los detalles.
La bodega se proyectó para una máxima funcionalidad enológica y dentro de ella se planificó un recorrido para que las visitas guiadas resulten didácticas y persuasivas.
Sala de degustación y cava de barricas
En las cavas reposan los vinos, en barricas y en botellas, para su maduración. Son los espacios emblemáticos de la bodega, los que mejor la representan y por eso, también, los que más se visitan y recuerdan.
La cava subterránea de Pulenta Estate está conformada por dos naves alineadas, que tienen al centro la sala de degustación. Estos sótanos se desarrollan a casi cuatro metros bajo tierra, para mantener temperaturas frescas, de 14ºC. , necesarias para el vino. A estos sótanos se puede acceder tanto desde la parte industrial como de la turística. La sala de cata es cuadrada, con techo apiramidado y lucarna central. Tiene un deambulatorio pequeño con guarda en botellas. En dos de sus lados enfrentados se abren perspectivas hacia las naves oscuras, donde las barricas se ordenan flanqueando un largo corredor central.
La materialidad y las terminaciones del subsuelo son simples, apropiadas para la actividad enológica y para crear el ambiente sobrio y fuerte que se desea. Las naves de guarda están totalmente pintadas de negro, para poner en valor las barricas iluminadas. Los pisos también son negros, de cemento alisado cuarcítico. Bajo la mesa de cata y en los corredores de barricas se demarcan alfombras rojas con el mismo material y con bordes de planchuelas de acero inoxidable. Los muros de la sala de cata son de HºAº a la vista, encofrado con tablas, al igual que la pirámide del techo. Estas texturas nobles son destacadas por la luz rasante que entra por la lucarna y resbala por los paramentos.
Toda la construcción es sismorresistente y se realizó con sistemas tradicionales, apropiados para la región: estructuras de hormigón armado, ladrillo, losas de hormigón y cubiertas metálicas, inclinadas, con lucernarios para iluminación natural de los interiores.
Las terminaciones de los paramentos varían según la zona funcional del edificio. El hormigón a la vista con encofrado de tablas se ha usado en los espacios más jerarquizados y los revoques cementicios, con suaves texturas de arena entrefina y terminación pintada, para las zonas más utilitarias. Los colores utilizados en los exteriores del edificio fueron inspirados en los grises azulinos del paisaje de cordillera.
Todos los pisos la bodega son de hormigón alisado, con cuarzo incorporado para aumentar su resistencia y pigmentado en diferentes tonos para demarcar áreas. En los patios y circulaciones se usó granza compactada.
El Rancho
El conjunto bodeguero se completa con una casona ubicada al norte del predio, rodeada por añosos árboles y viñedos. Es una vivienda rural tradicional, usada anteriormente por familias contratistas de la finca. Fue refuncionalizada, manteniendo sus características originales, como ámbito para reuniones sociales de la empresa.
