El proyecto del estudio francés Nadau Lavergne Architects se diseñó para el concurso de un nuevo centro social en Ginebra, Suiza. Se sitúa en un entorno representativo de la ciudad, en un barrio con un aire casi rural, cerca del centro de Ginebra, un sector en vias a la densificación. Debido a la naturaleza de su programa y su ubicación, este proyecto es una gran responsabilidad en el área urbana en el futuro. El desafío radica en la relación del nuevo edificio con su entorno inmediato y también con la edificación existente.
función urbana
metamorfosis
densidad espacial
El proyecto se entierra en el suelo de los tres niveles inferiores, para reducir su peso real. Se crea un jardín en el centro, por debajo de un marco determinado por la luz natural. Como resultado, la calle se encuentra casi la mitad de la altura del edificio.
La disposición espacial del edificio es una expresión de la dicotomía inherente en el programa. Hay dos niveles de percepción del proyecto, desde el fondo del jardín el edificio aparece en toda su dimensión, la construcción con altura de ocho pisos, dio un paso para mitigar la altura mediante la creación de terrazas. Hacia el costado de la avenida Edmond Vaucher, el edificio parece ser de tamaño reducido, ya que sólo cuatro niveles son visibles. Esta multiplicidad de puntos de vista da al proyecto una aguda percepción de la diversidad con la unidad de la forma.
Hacia el sur, y por un tema de visión y privacidad con los vecinos, sólo se percibe como terrazas, su dimensión más pequeña: un edificio de 3 plantas y muy delgado. El nivel de la planta baja es esencialmente pública. La circulación de la calle hasta el parque y el acceso al edificio, se encuentran alrededor del jardín hundido, el cual debido a su ubicación dirige el flujo, creando un paisaje inesperado en la geografía.
El edificio actual es un objeto que se ve, pero no penetra. El proyecto muestra el espacio público, asegura su continuidad en el parque y en los alrededores del edificio existente. El proyecto funciona como un conector urbano, cumple la función de puerta de enlace. Es poroso, crea pasajes, plazas y callejones. Incluye elementos de los paisajes que lo caracterizan, huertos familiares, las franquicias de parque, la tierra de recreo, una geografía relativamente plana.
El proyecto se conecta al contexto consecuentemente con los usos de cada nivel. Para los niveles inferiores se conecta desde el espacio público; para los niveles 2 y 3, el restaurante hace el papel de puente entre los dos programas y es el lugar de encuentro en sí. La planta baja se deja abierta a la circulación pública. Hacia el norte, la pasarela de fácil acceso y hacia el sur las salas de entrenamiento. Las salas de conferencias, que se pueden utilizar de forma independiente del resto del programa, están en contacto directo con la avenida. Los flujos están claramente organizados por el jardín hundido.
