La ‘Casa de la Cascada’, Falllingwater House o Residencia Kaufmann es un conocido clásico de la arquitectura, que cumple 75 años. Para celebrarlo, la Fundación Lloyd Wright ha organizado una gala en su honor y nosotros queremos honorar esta obra, abriendo la discusión sobre su validez e importancia en el mundo de la arquitectura.
Su valor en la arquitectura americana es indiscutible, ya que Frank Lloyd Wright logró plasmar en esta obra una manera brillante de consolidar la fusión entre arquitectura y naturaleza. En la casa se logra una armonía entre la combinación del bosque, río y roca, que se transforman en los mismos elementos de la construcción. La casa se construye sobre una cascada de un arroyo, donde se van despegando volúmenes voladizo sobre la corriente y las rocas, a modo que el sonido del agua invade la residencia en todo momento. La casa pone a los habitantes en una relación mucho más íntima con la naturaleza, que es glorificada convirtiéndola en un elemento de la vida diaria.
La ‘Fallingwater’ ha sido reconocida como una obra ejemplar desde sus inicios. En 1938, recién terminada, había sido publicada en portada de la revista Times, donde se reconoció como el trabajo más atractivo del arquitecto. En 1991, la obra ya logra mayor importancia y protagonismo cuando los miembros del American Institute of Architects la declaran como ‘la mejor obra de arquitectura norteamericana de todos los tiempos’ y, hace dos años, la elitista Smithsonian Magazine la incluyó entre la selección de los ’28 lugares que hay que visitar antes de morir’.
Cuando el matrimonio Kaufmann murió, su hijo la donó a la fundaciónWestern Pennsylvania Conservancy al verse incapaz de afrontar el mantenimiento que imponía el edificio. En 1964 fue abierta al público, siendo una de las obras de arquitecturas más visitadas y reconocidas en el globo. La casa actualmente funciona como museo y en cuatro décadas ha recibido más de cuatro millones de visitantes.