Bajo la realidad de nuestro entorno, donde gran parte del paisaje ciudad lo conforman obras en construcción, es interesante dar un vistazo a la ultima instalación de la artista Rachel Whiteread.
Actualmente en exposición en el museo Tate Modern, consiste en la organización de 14.000 cubos blancos apilados de diversas maneras. Los cubos en primera instancia fueron moldes de yeso sacados del interior de cajas de cartón. La idea era crear vestigios de espacio interior, moldes positivos de espacios negativos. Para mantener la condición de contenedores la artista reprodujo los moldes de yeso en polietileno traslucido para dar un mayor sentido de interior.
Lo interesante esta obra radica en su propuesta de anti-monumento, convirtiendo una forma colapsada en paisaje. La disgregación de las piezas asemeja a una obra durante su proceso de instalación. A esto podemos agregar la analogía a la huella de intervención humana, al disponer las cajas tanto en pilas ordenadas como en aparente caos. Pues todas esas características, comienzan a asemejar esta instalación a lo que vemos en la ciudad hoy día, una analogía a la ocupación espacial y la presencia de las masas de interiores en esta. Además de traer a conciencia una situación intermedia entre proyecto y obra terminada, condición tensa que sin duda conforma nuestro entorno, paisaje y por que no, lugar en la ciudad.
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