Históricamente, el baño público fue una necesidad fundamental para la higiene, dando origen a baños comunitarios en regiones donde los baños privados eran una rareza. En Japón, por ejemplo, los baños sento surgieron a principios del período Edo, sirviendo como instalaciones esenciales cuando la mayoría de los hogares carecían de sus propios espacios de baño. De manera similar, en otras partes del mundo donde la plomería y la gestión del agua eran consideradas lujos, los baños públicos compartidos se convirtieron en componentes vitales de la vida urbana. Con el tiempo, estos espacios evolucionaron más allá de su función, convirtiéndose en lugares para socializar, relajarse y escapar temporalmente de las rutinas diarias.
Sin embargo, en la era moderna, los baños privados se han vuelto omnipresentes en los hogares contemporáneos, abordando efectivamente las preocupaciones de higiene que alguna vez hicieron que las casas de baño públicas fueran indispensables. Con el auge de espacios sociales alternativos—cafés, centros de fitness, bares y salones de jazz—el baño comunitario tradicional ya no cumple la misma función esencial. Si bien algunos aún pueden apreciar el aspecto social del baño público, la incomodidad de cambiarse de ropa y mojarse frente a extraños puede disuadir a muchos de participar en la experiencia.
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Cortesía de Katia Sei Fong, Ken Sei Fong, Luis Sei Fong
La exposición nacional de Uruguay en la Bienal de Arquitectura de Venecia 2025, titulada "53.86% Uruguay, Tierra de Agua," explora la relación intrínseca entre arquitectura, territorio y agua. Curada por los arquitectos Ken Sei Fong y Katia Sei Fong, junto con el artista visual Luis Sei Fong, la exposición propone que podríamos estar entrando en la era del agua, el "Hidroceno", y que la forma en que la humanidad gestiona y conserva este recurso dará forma a su futuro. En este contexto, el proyecto destaca que el territorio marítimo de Uruguay (53.86%) es más grande que su territorio terrestre. El agua, por lo tanto, no solo es un recurso natural sino un elemento fundamental de la historia y cultura del país, esencial para su desarrollo.
En la 19ª Exposición Internacional de Arquitectura de La Biennale di Venezia 2025, el Pabellón Libanés, curado por el Colectivo de Arquitectura del Líbano (CAL), presenta "The Land Remembers", una exploración del ecocidio y la sanación ambiental. Seleccionado por el Ministerio de Cultura del Líbano y la Federación Libanesa de Ingenieros, CAL es una organización sin fines de lucro cofundada en 2019 por Shereen Doummar, Edouard Souhaid, Elias Tamer y Lynn Chamoun. Su visión curatorial tiene como objetivo transformar el pabellón en una institución ficticia, el Ministerio de Inteligencia Territorial, dedicada a confrontar la devastación ambiental y proponer estrategias para la restauración ecológica.