Es un hecho que la pandemia de COVID‑19 ha tenido un alto impacto en los grandes y pequeños proyectos de construcción durante los últimos 10 meses. Entonces, ¿qué pasa con la construcción de nuevos edificios que comparten la característica definitoria de ser superlativamente altos?
Como se detalla en un informe anual publicado a principios de este mes por el Council on Tall Buildings and Urban Habitat (CTBUH), con sede en Chicago, los rascacielos recién terminados experimentaron una disminución global del 20% en 2020 en comparación con el año anterior debido, tanto directa como indirectamente, a la crisis del COVID-19.