Muchas veces no he podido descifrar si una edificio repleto de árboles encajaba bien en la categoría de "sustentable". De la misma manera, tuve que convencer a amigos y familiares, es decir, personas que no están familiarizadas con la idea, de que este podía estar muy lejos de serlo.
Pareciera que la gran mayoría del marketing contemporáneo en arquitectura sostenible apunta al greenwashing. Ya no existe una brecha clara entre lo que realmente puede o no contribuir a la creación de ambientes más saludables. Cuando llevamos esto a las viviendas, lo que más se construye en el planeta, se vuelve un asunto preocupante.
Entonces les preguntamos a nuestros lectores, ¿Qué hace que una casa sea "verde"? ¿Será conocer quién va a extraer, producir y comercializar los materiales de su construcción? ¿Será buscar que pueda abastecer todas las necesidades de sus habitantes generando su propia energía con fuentes renovables?