Para poder responder a los requerimientos del día a día y permitir el correcto desarrollo de las funciones domésticas, los espacios interiores y exteriores de una vivienda requieren de cierto equipamiento – por más mínimo y esencial que este sea. En muchos casos, la selección y el diseño del mobiliario que complementará el proyecto de arquitectura queda relegado a una etapa “post-constructiva” - y, en general, a cargo del propio comitente.
Pero para ciertos arquitectos, el diseño del equipamiento es considerado como parte del proyecto y, aprovechando la plasticidad y docilidad de ciertos materiales, optan por resolver el mobiliario de sus espacios interiores de manera conjunta con la arquitectura. En sus proyectos, los bancos, las estanterías y las mesadas se unifican al lenguaje del espacio, desplegándose de manera escultórica y continuando la superficie de los pisos, los muros y los tabiques.