Al interior de los espacios residenciales las arquitectas y arquitectos deciden darle mayor o menor protagonismo a ciertas áreas dentro del programa, dependiendo de las preferencias del cliente. Hay quienes prefieren priorizar los espacios más íntimos, y hay quienes prefieren los más sociales, siendo una de estos las cocinas.
Si bien el uso pragmático de la cocina es el espacio donde se prepara la comida, son pocos los hogares donde este espacio no sea un sitio de reunión. Inclusive en espacios como la Ruka mapuche, hay un fuego al medio que usan tanto para cocinar como para secar con el humo y el calor. Conceptualmente transmite la misma atmósfera acogedora que las cocinas citadinas integradas. Hoy en día se controla el fuego mediante las estufas, que ahora, por su combustible, hay una fuerte tendencia a cambiarla a las estufas de inducción, pues son más seguras y controlan mejor la temperatura. Sin embargo, el principio hogareño es el mismo y la arquitectura contemporánea ha permitido que la cocina se integre nuevamente al resto de las actividades y zonas sociales.