De Smiljan Radic se dicen cosas. Se dice que es dueño de una arquitectura que bordea la escultura. Se dice que tanto por su estética como por su silencio es admirado por sus pares. Se dice —también— que es tan hermético que ni siquiera tiene un sitio en internet para promover su obra. Todo eso se dice de este arquitecto chileno, de 52 años, antes que comience su charla “+ - un año”, en el Festival Puerto de Ideas en Valparaíso (Chile), donde repasa sus últimos trabajos.
“Decir algo —decir algo más— siempre me ha parecido imposible o muy difícil. Yo siempre recolecto cosas de todos lados. Y eso es lo que hago. No hay mucho más que eso: de invención hay poco. A pesar de todo, uno tiene que terminar hablando, diciendo cosas. Y hoy vamos a hablar de lo que he podido y no he podido hacer en el último año”, dice al comienzo de su charla, en el palacio Cousiño, de Valparaíso.