Encontrar soluciones efectivas y valiosas para la gestión de residuos agrícolas ha sido un desafío inspirador para los investigadores. Los subproductos de monocultivos, como los residuos de la producción de soja, las mazorcas de maíz, la paja, las semillas de girasol y la celulosa, a menudo se destinan a la compostación del suelo, se utilizan como alimento para animales o incluso se convierten en energía para reducir los residuos y mitigar los impactos ambientales asociados con las actividades agrícolas. La producción de caña de azúcar, por ejemplo, genera una cantidad significativa de residuos, totalizando alrededor de 600 millones de toneladas de residuos de fibra de bagazo de una producción anual de dos mil millones de toneladas de caña de azúcar. Este residuo tiene un potencial prometedor para reemplazar sistemas de construcción intensivos en energía, como el concreto y el ladrillo, proporcionando materiales de construcción que combinan sostenibilidad y eficiencia estructural.
Con esta perspectiva en mente, la Universidad de East London (UEL), en colaboración con Grimshaw Architects y el fabricante Tate & Lyle Sugar, ha desarrollado un innovador material de construcción llamado Sugarcrete™. El objetivo del proyecto es explorar soluciones de construcción sostenible mediante el reciclaje de residuos biológicos de caña de azúcar, lo que a su vez reduce las emisiones de carbono en la industria de la construcción, y priorizando la sostenibilidad social y ambiental durante la producción e implementación de estos materiales de construcción.
La oficina Olson Kundig, con sede en Seattle, es un ejemplo de cómo el contexto y la cultura pueden influir en el enfoque de diseño de una empresa. Fundada en 1966 por Jim Olson y ahora compuesta por cientos de colaboradores y otros trece directores/propietarios, incluyendo a Tom Kundig, la oficina cuenta con un extenso y diversificado portafolio que abarca diferentes escalas y presupuestos. En conferencias y entrevistas, Kundig en particular, a menudo habla sobre cómo haber crecido en una región de fuerte tradición minera y maderera influyó en la estética industrial y racional de sus proyectos, el uso de materiales durables y de baja mantención, así como una atención especial en la artesanía. En muchos de los proyectos de la oficina, sin embargo, llama la atención la ingeniosidad y el destaque dado a las partes móviles, difuminando los límites entre dentro y fuera. Esto se logra a través de la incorporación de dispositivos manuales que permiten que los usuarios activen directamente el edificio, conectándolos al mismo tiempo al contexto, pero también con la propia edificación y los mecanismos dinámicos presentes allí.
Torres, pasarelas, terrazas, cabañas y casas en los árboles. Desde 2010, el Festival Hello Wood ha erigido docenas de construcciones temporales, con un denominador común: la madera. La iniciativa tiene como objetivo hacer que el conocimiento sobre este material sea más accesible para todos, ya que tiene un inmenso potencial para el futuro. No obstante, a pesar de su potencial, la madera sigue enfrentando varios prejuicios dentro de la industria de la construcción. A través de la conexión entre diseñadores y artistas de diferentes orígenes culturales, académicos y profesionales, el evento utiliza la construcción como plataforma para la innovación, la discusión y el conocimiento. Ofrece a los participantes la oportunidad única de experimentar con métodos de diseño y construcción sostenibles, fomentando el aprendizaje a través de la experiencia, en un área boscosa cerca de Budapest, Hungría.
Desde el icónico vuelo pionero de Yuri Gagarin en 1961, solo 565 seres humanos han tenido el privilegio de viajar al espacio. Esta aventura extrema requiere un alto grado de entrega, una extraordinaria preparación física e intelectual y grandes inversiones. La exploración espacial tiene el potencial de beneficiar a la humanidad de muchas maneras, especialmente en lo que respecta al desarrollo de nuevas tecnologías y la generación de conocimiento científico. Muchas de estas tecnologías ya están disponibles para el público, como el GPS, los filtros de agua o los tejidos de alta resistencia. Pero aunque a menudo imaginamos a los astronautas flotando en el espacio y observando la Tierra desde un punto de vista único, muchos de ellos enfrentan la dificultad de dormir y descansar en el espacio debido a la falta de luz natural. Es este problema lo que motivó a un grupo de jóvenes arquitectos daneses a desarrollar una solución para mejorar la vida diaria de los astronautas en el espacio, pero también de muchas personas en el planeta Tierra que sufren el mismo problema.
Las casas de madera prefabricadas se remontan al siglo XIX, cuando las llamadas "casas en kit" se hicieron populares en América del Norte. Vendidos por empresas como Sears, ofrecían opciones de vivienda asequibles y convenientes, especialmente para las personas que vivían en áreas rurales donde la mano de obra era escasa y costosa. Los clientes podían elegir entre varios diseños y dimensiones, y los kits generalmente incluían todos los materiales necesarios para construir la casa, incluida la madera numerada y precortada, clavos, tejas y otros componentes necesarios. Durante algún tiempo, sin embargo, las casas prefabricadas fueron vistas como construcciones de menor calidad y prestigio, y aunado a la falta de flexibilidad de estas soluciones, entraron en decadencia.
Hoy en día, gracias a las tecnologías disponibles en el mercado, las construcciones modulares y prefabricadas se perfilan como soluciones constructivas limpias, sostenibles y energéticamente eficientes. Además, las innovaciones en la madera de ingeniería han enfatizado sus múltiples usos, con el beneficio adicional de las posibilidades estéticas y estructurales. Fue en este contexto que la oficina UNA BV desarrolló el proyecto Modular 5.5, cuyo objetivo era crear construcciones modulares flexibles que pudieran ensamblarse en diferentes arreglos, permitiendo la construcción de casas con una variedad de dimensiones y necesidades en diferentes terrenos. Hablamos con Fernanda Barbara y Fábio Valentim sobre este proyecto:
Por trivial que parezca el acto de encender un interruptor e iluminar una habitación, hemos tenido que recorrer un largo camino para tener fuentes de luz seguras y confiables. Se estima que las primeras lámparas se inventaron hace 70.000 años y consistían en piedras ahuecadas o conchas rellenas de un material absorbente empapado de grasa animal que podía encenderse. Los egipcios, en cambio, utilizaban vasijas de cerámica decoradas llenas de aceite, que proporcionaban una llama constante. Las velas se popularizaron durante la Edad Media, hechas de sebo (grasa animal) o cera de abejas, y podían quemarse en candelabros simples. Fue a fines del siglo XIX cuando Thomas Edison y su equipo inventaron una bombilla incandescente que podía fabricarse en masa y era económicamente viable, y pronto se convirtió en la forma dominante de iluminación durante gran parte del siglo XX. Aunque fue un invento revolucionario en su momento, ahora somos conscientes de que estas bombillas no son muy eficientes y finalmente fueron reemplazadas por ampolletas fluorescentes y, más recientemente, LED. Pero si ya hemos avanzado tanto en tan poco tiempo, ¿qué podemos esperar del futuro de la iluminación, y más concretamente, cómo estarán iluminados nuestros interiores en unos años o décadas?
Las soluciones de construcción tradicionales tienden a funcionar bien en sus respectivos contextos, ya que han resistido cientos de años de pruebas y mejoras, y utilizan técnicas y materiales disponibles localmente. Si bien la globalización y la democratización del acceso a la tecnología han traído más comodidad y nuevas oportunidades a la humanidad, también ha llevado a la homogeneización de las soluciones en el sector de la construcción y a la dependencia de las cadenas de suministro globales de materiales y componentes de construcción. Esto también ha provocado una ruptura en la forma de transmitir el conocimiento a las nuevas generaciones y, eventualmente, la desaparición de las tradiciones.
En particular, el tema de las soluciones de refrigeración pasiva para edificios está teniendo un resurgimiento en la actualidad, con un esfuerzo por recuperar técnicas antiguas utilizadas a lo largo de la historia en lugares que siempre han tenido que lidiar con climas cálidos. Esto es aún más evidente por los altos costos energéticos que impone el enfriamiento artificial, el escenario de calentamiento global, y principalmente porque, dentro de las proyecciones de crecimiento poblacional, una parte importante de las megaciudades se ubicarán en los climas predominantemente cálidos de África y Asia. Cuando pensamos en el futuro, ¿es posible inspirarnos en el pasado y aplicar técnicas antiguas de enfriamiento a los edificios contemporáneos?
Decenas de países de todo el mundo ya han prohibido el uso de asbesto en el sector de la construcción civil. Barata de extraer y abundante en la naturaleza, es una fibra natural utilizada para fabricar depósitos de agua, aislamientos, tabiques, tejas y elementos decorativos. Sus propiedades incluyen una gran flexibilidad y alta resistencia química, térmica y eléctrica, lo que lo convierte en un material aparentemente ideal. Sin embargo, hay evidencia científica que relaciona la exposición al asbesto con varios tipos de cáncer, así como con la asbestosis, cuando las fibras del mineral se alojan en los alvéolos pulmonares, comprometiendo la capacidad respiratoria. El caso del asbesto muestra cómo ciertos materiales de construcción pueden –de repente o no– convertirse en un recuerdo lejano por sus impactos negativos. Además de los efectos sobre la salud, actualmente está bajo presión el uso de materiales con un alto consumo de energía o hechos de materias primas raras, ya que los expertos llaman a reducir su uso o hacer que sus métodos de fabricación sean "más verdes". ¿La penalidad? Desapareciendo en un futuro próximo, convirtiéndose en uno más en la lista de materiales de construcción prohibidos. En este artículo profundizamos en algunos de estos materiales y cuáles son sus riesgos.
¿Estás sentado cómodamente en este momento? OK, esperaré unos segundos para que puedas ajustar tu postura y podamos continuar con el texto. Por mucho que todos sepamos que nuestra espalda debe estar erguida, los hombros hacia atrás y los glúteos contra el respaldo de la silla, tan pronto como dejamos de prestar atención, tendemos a dejar que nuestro cuerpo se deslice por la silla hasta que nuestra columna tome la forma de un gran signo de interrogación. Esto puede conducir a diversos problemas de postura y circulación, dolor crónico y aumento de la fatiga después de un largo día, semana, mes o años de trabajo. Pero debes saber que no estás solo y que no es (necesariamente) tu culpa. ¿Qué elementos hacen que una silla sea cómoda? ¿Cómo pueden ayudarte a mantener una postura adecuada durante más tiempo? ¿Es posible tener diseño y comodidad en un mismo producto? En este artículo intentaremos responder a estas preguntas y mostrar algunos ejemplos del catálogo de Architonic.
"Vida, espacio, edificios - en ese orden". Esta frase, del arquitecto urbanista danés Jan Gehl, resume los cambios que ha sufrido Copenhague en los últimos 50 años. Conocida actualmente como una de las ciudades con los niveles más altos de satisfacción con respecto a la calidad de vida, la forma en que se diseñaron sus espacios públicos y edificios ha inspirado a arquitectos, autoridades gubernamentales y urbanistas de todo el mundo. Lo que vemos hoy, sin embargo, es el resultado de una valiente toma de decisiones, mucha observación y, sobre todo, diseños que ponen a las personas en primer lugar. Copenhague será la Capital Mundial de la Arquitectura de la UNESCO-UIA en 2023, así como la sede del Congreso Mundial de Arquitectos de la UIA debido a su fuerte legado en arquitectura innovadora y desarrollo urbano, junto con sus esfuerzos concertados en cuestiones de clima, soluciones de sostenibilidad y habitabilidad.
Hay acueductos romanos construidos hace más de 2.000 años que todavía están en uso. El Panteón de Roma sigue siendo la cúpula de hormigón no armado más grande del mundo, con un diámetro de 43,3 metros. Al mismo tiempo, no pocas veces, vemos colapsar estructuras con menos de una década. Comprender por qué las estructuras romanas permanecen en pie ha sido objeto de estudio de varios investigadores de todo el mundo. ¿Por qué, incluso en ambientes hostiles como el agua de mar o zonas sísmicas, estas estructuras permanecen intactas? ¿Hay algún material o método milagroso que se haya perdido en la historia? Un grupo internacional de investigadores liderado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) arrojó luz sobre estas preguntas, descubriendo que estas estructuras tenían una capacidad de auto-reparación previamente descuidada, y cómo esto puede tener un gran impacto ambiental para crear estructuras de concreto más duraderas en el futuro futuro
Las columnas de mármol en los templos griegos, además de estructurar las fachadas y el propio edificio, tienen la función de formar un espacio de transición entre el exterior y el interior. Al repetir estos elementos, se crea la impresión de un plano opaco, incluso cuando la permeabilidad es total. Este juego de cierre y apertura, modificado por el punto de vista, ha sido ampliamente explorado en las fachadas a lo largo de la historia de la arquitectura. Las celosías de madera, por su parte, se adecuan muy bien a este uso, ya que la madera aporta calidez, comodidad y sofisticación al edificio, permitiendo generar ritmos o definir volúmenes que definan partes opacas y transparentes en un edificio. Se trata de un gesto audaz: una piel exterior que no es exactamente una protección, sino que permite el contacto entre el interior y el exterior, con un ritmo que invita a que entre la luz del día al mismo tiempo que ofrece vistas del exterior. En el interior, las sombras lineales son un espectáculo en sí mismas, haciendo eco de los patrones de la fachada y creando una atmósfera única.
En octubre, el equipo de ArchDaily habló con Henry Glogau durante su estadía en Londres, donde estaba trabajando en varios proyectos. Con solo 26 años, su currículum incluye una impresionante cantidad de premios internacionales, que ha recibido por la relevancia de su trabajo en temas tan básicos como urgentes para la humanidad: acceso al agua potable, saneamiento y calidad de vida. Nacido en Nueva Zelanda, Henry se mudó a Copenhague en 2018 para estudiar en la Royal Danish Academy y durante los últimos dos años ha estado trabajando en la oficina 3XN GXN como arquitecto en su unidad de innovación, junto con un equipo multidisciplinario. A continuación, lea la conversación que tuvimos sobre algunos de sus proyectos, sus creencias sobre el papel de la arquitectura y sus puntos de vista sobre nuestra responsabilidad con el planeta.
Las infraestructuras urbanas entregan comodidad a sus habitantes y mitigan posibles riesgos de desastres, como inundaciones. Los subterráneos, en concreto, quitan de nuestras vistas los sistemas urbanos y se configuran como auténticos laberintos bajo las calles. Distribución de agua potable, saneamiento urbano, alcantarillado e incluso cableado eléctrico y de fibra óptica, pasan bajo nuestros pies sin que nos demos cuenta. Para ello, la industria lleva más de 100 años desarrollando piezas prefabricadas de hormigón, que aportan rapidez de construcción y adecuada resistencia al esfuerzo. Los tubos de hormigón de sección circular, en sus más diversos diámetros, son quizás los conductos más utilizados y ubicuos en el mundo. Pero hay quienes también utilizan estas estructuras en usos arquitectónicos creativos.
El poliestireno expandido (EPS) se descubrió en 1839 en Berlín y se convirtió en un material ampliamente utilizado en los aviones fabricados para la Segunda Guerra Mundial debido a su densidad extremadamente baja. Es esta característica la que lo convierte en un material adecuado para el aislamiento térmico y acústico, a menudo especificado en edificios, pero también muy utilizado en embalajes. Un plástico celular rígido, es el resultado de polimerizar estireno en agua, cuyo producto final son perlas expandibles que tienen un diámetro de hasta 3 milímetros. Sin embargo, lamentablemente, este material tarda más de 500 años en descomponerse y, en el proceso, filtra sustancias químicas nocivas al medio ambiente. El reciclaje es posible, pero es complejo y costoso. Esto significa que la mayor parte de la espuma de poliestireno producida hasta la fecha aún permanece en el planeta, ocupando un espacio valioso en los vertederos o, lo que es peor, se rompe en pequeños pedazos e interfiere con la vida marina. "Decomposition Farm: Stairway" es una instalación temporal que ofrece una posible solución a los problemas medioambientales relacionados con los residuos de la construcción en el ámbito arquitectónico.
A diferencia del aire, la temperatura del subsuelo varía muy poco durante el año o según la posición geográfica. Unos pocos metros por debajo de la superficie, la temperatura del suelo oscila entre 10 y 21 °C (50 y 70 °F), según la región. Excavando más profundo, la temperatura aumenta entre 20 y 40 grados centígrados por km, alcanzando el núcleo de la Tierra, que se acerca a los 5000 °C. De hecho, pensar en cómo habitamos una esfera que orbita el espacio con un centro resplandeciente puede resultar angustiante para algunos. Sin embargo, puede ser útil saber que usar la energía de formación de la Tierra para generar electricidad es una forma sostenible y eficiente que ya es común en algunos países. Al mismo tiempo, también podemos aprovechar la temperatura suave que se encuentra a pocos metros bajo tierra para climatizar los edificios, ya sea en climas cálidos o fríos.
Por pretencioso que parezca, podemos decir con seguridad que el bambú es uno de los materiales más prometedores para la industria de la construcción. Neil Thomas, ingeniero principal de atelier one, dice que si tuviéramos que diseñar un material de construcción ideal, se parecería mucho al bambú. Esto se debe a que crece muy rápidamente en gran parte del mundo, tiene una sección transversal muy eficiente y tiene una resistencia a la carga impresionante. Pero, además del uso estructural en su formato crudo, el bambú es un material que permite un alto nivel de procesamiento y puede ser laminado para pisos, accesorios y, como veremos en este artículo, para estructuras de Structural Engineered Bamboo (SEB), que se parecen mucho a la madera de ingeniería. Hablamos con Luke D. Schuette, fundador y director ejecutivo de ReNüTeq Solutions, LLC, una empresa de St. Louis, Missouri, que viene trabajando con este sistema constructivo.
La relación entre arquitectura y naturaleza es compleja. Si, por un lado, disfrutamos enmarcando la naturaleza como arte en nuestros hogares; por otro lado, tratamos a toda costa de evitar la presencia de naturaleza obstructiva "real" en nuestras paredes y estructuras, que pueden ser dañadas por raíces y hojas. Al mismo tiempo, utilizamos cubiertas verdes, jardines verticales y jardineras para acercar las ciudades a la naturaleza y mejorar el bienestar de las personas; pero también construimos edificios con materiales completamente desvinculados de la fauna y la flora. Aunque el avance de los biomateriales y las nuevas tecnologías está cambiando esto gradualmente, debemos preguntarnos si las estructuras y los edificios que ocupamos deben separarse de la naturaleza que los rodea. Esta fue la pregunta que llevó a los investigadores de la Universidad de Virginia (UVA) a desarrollar estructuras de suelo geométricamente complejas impresas en 3D en las que las plantas pudieran crecer libremente.