La temperatura de color se mide en grados Kelvin. Cuanto más alto sea el valor de grados Kelvin, más fría será la tonalidad de la luz.
La luz cálida que supone una luminaria de 3000 Kelvin, que es una luz amarillenta, se recomienda para generar ambientes tranquilos, de descanso, relajación y sensación acogedora. Es el tiempo de luz que se utiliza en habitaciones.