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Arquitectos: Hersen Mendes Arquitetura
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Fotografias:Gabriel Lima
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La propietaria, que vivió muchos años en una casa amplia, decidió mudarse a un espacio más pequeño después de empezar a vivir sola. El nuevo hogar necesitaba reflejar su trayectoria y preservar los recuerdos creados en la antigua residencia. Elementos significativos del antiguo hogar fueron integrados al apartamento, como los arcos en el techo de la sala. Inspirados en los arcos de la fachada de la antigua casa, que permitían la entrada de luz natural, los arquitectos crearon nuevos arcos iluminados en el techo de la sala, lugar de convivencia familiar.
Anexa y visualmente integrada a la sala, la terraza cuenta con una mesa redonda y un amplio banco para recibir a los nietos. La integración se refuerza con el panel de contrachapado marino que envuelve el sofá y ilumina las paredes rústicas, revestidas de estuco pintado de blanco, evocando la estética de la antigua residencia. En el mueble de la TV, un álbum de fotos de la familia se destaca bajo una campana de acrílico, permitiendo que la historia familiar esté siempre accesible y protegida. El proyecto también refleja la personalidad de la residente a través de colores alegres, como el rosa, y la presencia acogedora de la madera.
Después de un estudio cuidadoso de los hábitos de la clienta, los arquitectos crearon un plano que atiende a su rutina, facilitando la adaptación a la nueva casa y preservando sus costumbres. La cocina, por ejemplo, tiene una configuración de almacenamiento similar a la antigua residencia. La ergonomía fue cuidadosamente planificada, con alturas ajustadas y la eliminación de esquinas, garantizando confort y seguridad.
La accesibilidad también fue priorizada en los dormitorios, baños y pasillos, con ajustes en las aberturas de puertas y duchas, regularización de desniveles y aumento de las superficies de apoyo en las encimeras, asegurando independencia y movilidad.
La ampliación de las aberturas y la eliminación de marcos y espejos duplicadores de ventanas fueron responsables de maximizar la entrada de luz natural. En la cocina, un espacio importante para la residente, que disfruta cocinar para sus nietos, un espejo en arco al lado de una mesa semi-oblonga replica la ventana enfrente de ella, reforzando la iluminación natural y homenajeando los arcos de la antigua casa.